Corinne Diacre, seleccionadora del combinado nacional francés femenino, ha sido destituida de su cargo este jueves, según ha anunciado la Federación Francesa de Fútbol, después de que varias futbolistas anunciasen su retirada del equipo hasta que se produjesen cambios, algo muy similar a lo que ha ocurrido en la selección española femenina.

La entrenadora había anunciado un día antes su intención de liderar al conjunto galo en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda y denunció ser víctima "de una campaña de desprestigio" que pretendía desestabilizarla y que se ha orquestado por "un ajuste de cuentas personales".

A pesar de las palabras de Diacre, la situación estaba siendo evaluada desde la semana pasada por una comisión, que este miércoles ha concluido que existe "una fractura muy importante" entre las jugadoras y la dirección del equipo, así como "una discrepancia respecto a las exigencias de alto nivel".

"Este distanciamiento ha llegado a un punto de no retorno, que va en detrimento de los intereses de la selección nacional", ha asegurado la Federación en un comunicado, en el que "reconoce la implicación" de la seleccionadora", pero considera "irreversibles" las "disfunciones observadas".

El organismo ha explicado que el cambio de técnico "se inscribe en una nueva estrategia global dirigida por la FFF en favor del desarrollo del fútbol femenino y del rendimiento del equipo francés", al que deja claro que "deberá alcanzar objetivos importantes" tanto en esta Copa del Mundo como en los Juegos Olímpicos de París en 2024.

Lo que ocurrió en la selección francesa

La capitana de la selección, Wendie Renard, publicó una nota el pasado 24 de febrero en la que anunciaba su decisión de dar un paso al lado y retirarse del combinado nacional porque "no puedo seguir apoyando el sistema actual, que está muy lejos de las exigencias del más alto nivel".

"Es un día triste pero necesario para preservar mi salud mental", apuntó, en una clara referencia velada a los métodos empleados por Diacre, y aseguró tajante que "no jugaré este Mundial en estas condiciones".

A ella se sumaron otras futbolistas importantes en la disciplina francesa, Antoinette Katoto y Kadidiatou Diani, así como Perle Morroni, que aseguró haber "he sufrido personalmente" el sistema de gestión de la entrenadora francesa, o Griedge Mbock.

La respuesta de la Federación Francesa de Fútbol llega tan solo dos semanas después de que el vestuario del combinado nacional francés estallase por los aires, aunque ha advertido de que no aceptarían en el futuro que las futbolistas expresasen sus críticas de la misma manera, por lo que se creará una "gestión complementaria".