El Real Madrid está en la final del Mundial de Clubes que era el objetivo, pero lo hizo tras un partido ramplón, sin chispa ni brillo ante un Al Ahly egipcio que puso las cosas mucho más difíciles de lo esperado y que metió el miedo en el cuerpo a los blancos en varios momentos. El talento de los dos brasileños, Vinícius y Rodrygo, le dio a los de Ancelotti una goleada engañosa y el billete para buscar el sábado, ante el Al Hilal saudí, su segundo título de la temporada (1-4).
No vive el conjunto madridista su mejor momento, y la mejor prueba fue una primera parte en la que no supo coger el control del choque ante un rival a priori bastante inferior. Volvieron Modric y Kroos, con Valverde en la derecha en un once de teórica seguridad, pero la realidad fue que el partido se convirtió en un ida y vuelta que no le interesaba a los de Ancelotti.
Así, Sherif con un remate que se fue alto y Abdel Monem con un cabezazo por encima del larguero avisaron de las intenciones de los de Marcel Koller, que ya había avisado en la previa del partido de que el equipo egipcio no tenía intención de encerrarse.
El Madrid, a falta de juego y ritmo, se aferró a las acciones individuales de sus dos brasileños. Una acción de Vinícius finalizó en un disparo demasiado cruzado, mientras que un mágico recorte de Rodrygo acabó con un remate picado que golpeó en el palo.
El partido andaba sorprendentemente parejo hasta que un error en defensa hizo que el marcador se abriera. A Metwalli le faltó contundencia, Vinícius se llevó el balón en la frontal y encaró solo la portería. Con mucha sangre fría, el brasileño picó el balón para hacer el primer gol y dar tranquilidad a los madridistas.
La segunda parte no pudo comenzar mejor. Una fantástica maniobra de Rodrygo, que se zafó del defensor con su control, le dejó solo ante el portero. Su remate lo repelió como pudo El-Shenawy, pero Valverde recogió el rechace para, con mucha calma, controlar y marcar a placer.
Pese al resultado, jamás se rindió un valiente y digno Al Ahly. Un remate de El Shahat demasiado cruzado avisó de que el partido no se había acabado, y dos jugadas lo confirmaron. Vinícius pidió un penalti que pareció claro al ser derribado en el área, pero ni el árbitro ni el VAR lo consideraron así. Y poco después, una zancadilla muy evidente de Camavinga, sí acabó en los once metros. Ali Maâloul no perdonó ante Lunin y le dio emoción a los más de 25 minutos que quedaban.
Los egipcios se lo creyeron, fueron a por el gol y lo rozaron en un claro remate de Magdy que se fue alto. Después, Lunin se tuvo que emplear a fondo en un remate de Al Sulaya tras una sucesión de saques de esquina a favor del Al Ahly.
Ancelotti metió a Ceballos, y el cambio pareció dar tranquilidad al Real Madrid, que agarró el balón para ya no soltarlo. Pudo llegar la sentencia en un penalti esta vez sí señalado sobre Vinícius, pero Modric falló el lanzamiento y el subcampeón africano llegó con opciones a los minutos finales del partido.
Y ya en el descuento, una fantástica combinación entre Ceballos y Rodrygo acabó en el gol del brasileño, que sentenció el partido. Entonces entró Arribas, que en solo un minuto en el campo fue capaz de marcar el gol que redondeaba una goleada algo ficticia.
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