Era la última esperanza del tenis español en esta edición para olvidar del Open de Australia, pero Roberto Bautista se topó de frente con la mejor versión de Tommy Paul, que le endosó un 6-2, 4-6, 6-2, 7-5, y no pudo hacer nada para prolongar su aventura oceánica.

El Margaret Court Arena fue testigo de que el partido se le puso cuesta arriba muy pronto al castellonense, que arrancó muy frío con la raqueta y a las primeras de cambio concedió el break al norteamericano. Y entremedias tuvo un desencuentro con la juez de silla cuando le indicó un 'warning' por tardar demasiado en sacar tras un punto larguísimo.

Ese rifirrafe terminaría por sacar del partido a Bautista, que no solo no fue capaz de responder a esa primera rotura de servicio, si no que en su siguiente saque vio como el número 35 del mundo volvía a romperle.

Así de pronto se quedó 3-1 abajo, y con la sensación de que ya era muy difícil remontar el primer set, se encomendó al segundo y le metió dos juegos en blanco a su rival para recuperar confianza. No afectó para nada a Paul, que en el tercer servicio del español volvió a apuntarse el break.

Esa rotura tampoco haría mella en Bautista, que le impidió certificar la ventaja rompiendo su servicio en el siguiente juego. Celebró con muchísima rabia, expresando la impotencia de haber errado en los momentos clave. El punto le hizo coger carrerilla y terminó firmándose la segunda manga con otro break, aunque nunca llegaría a culminar la remontada.

Al gran acierto de Paul, cuyos golpes fuertes y ajustados desquiciaron al castellonense, se sumaron los errores del tenista español, que tuvo en la red su principal enemigo. Innumerables bolas se quedaron en la malla en el momento crucial, cuando Bautista debía dar un paso adelante.

Ese paso llegaría del lado norteamericano, que desde mayo del año pasado ha conseguido 11 victorias ante españoles, entre ellos Nadal y Alcaraz, y este próximo miércoles se medirá a su compatriota, Ben Shelton, en cuartos de final en lo que ya es su mejor resultado en un Grand Slam.