Virginia Torrecilla no solamente lucha diariamente contra el tumor cerebral que la detectaron en el año 2010, sino por el accidente sufrido por su madre, que la dejó en silla de ruedas. La lucha contra la adversidad ha hecho que la centrocampista del Atlético de Madrid, sea premiada como "Futbolista del año" por el diario británico The Guardian, como ejemplo de superación en el fútbol.

Torrecilla llevaba meses de tratamiento, 30 rondas de radioterapia, 15 ciclos de quimio y una extirpación de un tumor cerebral, cuando un accidente de tráfico dejó a su madre en silla de ruedas. Pero superó todo ello, pudo volver a los terrenos de juego y ahora recibe esta distinción.

Cuando ocurrió el accidente, quiso dejarlo todo. "Le dije al club: 'No quiero seguir'. Les dije a mis padres que quería dejarlo, volver a casa. Me dijeron: 'Ni se te ocurra'". Seis meses después, en enero de 2022 y tras 683 días sin jugar, regresó al césped para disputar la final de la Supercopa de España, que el Atlético perdió ante el Barça.

En Las Rozas, la grada se levantó como una sola, una ovación seguida de cánticos de su nombre. Mientras Torrecilla esperaba, la capitana del Barcelona, Alexia Putellas, se acercó a abrazarla y le entregaron el brazalete de capitán.

“Quería que la gente viera que había superado el cáncer y que ellos también podían”, dice. “Fue un momento histórico, una imagen para siempre en el fútbol femenino. Siempre quise ser un modelo a seguir. Siempre. Quería que se supiera mi nombre. Desafortunadamente, la vida me sometió a otra cosa, pero eso significó que me convertí en un símbolo de superación", ha declarado Torrecilla, tras recibir el premio.