Marruecos jugará este martes contra su vecina España, la noticia no hace a nadie indiferente en los dos reinos, es un partido entre dos vecinos que comparten varios siglos de historia y un estrecho de 14 kilómetros de agua y muchísimas cosas más. Aún así son dos pueblos que no se conocen bastante bien, es cierto que tenemos varias asignaturas pendientes en este sentido.

Ahora nos toca compartir unos 90 minutos de fútbol que, tal vez, serían los 90 minutos más tensos de nuestra historia reciente. Millones de marroquíes y españoles van a estar en su sofá con la bandera a mano, soñando con la victoria, algunos verían en el partido un campo de batalla donde el balón se convierta en una arma mientras que otros lo consideran como un mero partido de fútbol en el que ganaría quien jugaría mejor o tendría mucha suerte.

El partidazo del martes sería una ocasión para que el pueblo español conozca mejor el fútbol marroquí e incluso ese nuevo Marruecos que ha nacido en la orilla sur del Estrecho.

Hay que tener en cuenta que más de la mitad de los marroquíes siguen diariamente el fútbol español desde hace décadas y conocen los nombres de todos los jugadores de la selección española, incluso algunos chapurrean en castellano por pasar mucho tiempo ante la televisión siguiendo los partidos. Por lo cual ese partidazo tiene un toque particular que nadie podría descartar.

En Marruecos, España se siente cerca no por las reglas científicas de la geografía sino por sus equipos de fútbol. Asimismo el entrenador de la selección marroquí Walid Regragui, ya es un histórico entrenador, conoce a la perfección el fútbol español y habla el idioma de Cervantes sin recurrir a la ayuda de ningún intérprete. Además es el caso de varios jugadores de la selección nacional marroquí. Algunos de estos chicos nunca han vivido en Marruecos, pero han mostrado todos los días que están dispuestos a sacrificarlo todo para defender, contra viento y marea, los colores de la bandera nacional.

Cierto, la selección marroquí ha dejado claro que es la mejor de su grupo en todos los niveles. Esa victoria inédita daría mucha confianza a los jugadores y al entrenador a la hora de enfrentarse con la selección española. El entrenador Regraqui ha logrado en poco tiempo lo que otros no conseguían en décadas: es convertir al equipo nacional en una sola familia más allá del egocentrismo dañino. No cabe duda que Regraqui es el jugador número 12 del equipo y al mismo tiempo encarna el hermano mayor que todos los miembros de su equipo, le respetan, le aman y sobretodo tienen confianza en su magia futbolística, a mi juicio es el secreto clave de todos esos logros en el mundial de Catar.

Lo que están viviendo los marroquíes estos días es histórico, asimismo varias generaciones lo viven por primera vez, centenares de miles de marroquíes salen a la calle tras cada victoria para celebrarlo con la bandera nacional a mano, cada partido es una fiesta, las calles se han convertido en una fiesta ambulante, muchos lo ven como una señal de que el país ha cambiado, ya no es lo que era hace 20 años e incluso su fútbol.