Carolina Marín debuta este martes en el Mundial de bádminton que se celebra estos días en Tokio. La onubense, tres veces campeona del mundo, tiene como gran objetivo lograr una medalla, aunque no quiere obsesionarse demasiado con alcanzar el oro.

"El equipo y yo nos hemos propuesto conseguir medalla, no hemos dicho ningún color, no quiero presionarme", dijo, en declaraciones a la Federación Española de Bádminton.

Tokio es una espina clavada para Marín, que se quedó a las puertas de los Juegos Olímpicos celebrados el pasado año en la capital japonesa por una inoportuna lesión a las puertas de la cita en la que estaba llamada a defender su oro de Río 2016. 

Ahora, tiene ante sí la posibilidad de resarcirse y volver a la corona mundial, para la que parte como quinta favorita después de conquistar en abril su sexto campeonato europeo, agrandando su leyenda y poniendo de manifiesto su superioridad a nivel continental.

"Quiero estar concentrada en mí. Quizás eso es lo que me ha faltado en los torneos de Indonesia y Malasia. Hay que mejorar todos esos errores y fallitos que hemos tenido allí”, añadió la jugadora onubense, siempre metódica y concienciada con los problemas a mejorar.

“Mentalmente he mejorado muchísimo, lo he hablado con mi psicóloga. Tengo la suerte de tener aquí a todo mi equipo", consluyó.