Carta de una víctima de los altercados en la final de la Champions: "Navajazos, peleas robos... era todo lo que se veía"

Policía en el Stade de France durante la final de la Champions League
Policía en el Stade de France durante la final de la Champions League
DPA vía Europa Press
Policía en el Stade de France durante la final de la Champions League

Lo ocurrido en París durante la jornada de la final de la Champions League que conquistó el Real Madrid frente al Liverpool ha trascendido lo meramente deportivo. La actuación de la policía francesa, las bandas presuntamente organizadas y los altercados vividos han llenado las redes de testimonios de víctimas que sufrieron una pesadilla.

Es el caso de Alba Ramos, una joven madridista que viajó hasta la capital francesa para ver cómo su equipo levantaba la Decimocuarta. A sus 21 años, admite que nunca ha vivido algo así y por eso ha escrito a la redacción de 20minutos.es una carta en la que cuenta de manera extensa unos incidentes que no olvidará nunca.

Ella fue a París a disfrutar de la pasión del Real Madrid, porque ni siquiera tenía entrada para el partido, y acabó huyendo por salvar su integridad.

Carta de una víctima de los altercados en París

"Buenos días,

Antes de nada, me presento. Mi nombre es Alba Ramos y tengo 21 años. Soy una de las tantas aficionadas del Real Madrid que el pasado sábado 28 de mayo viajó a París para ver la final. Os escribo con la intención de dar a conocer los acontecimientos que ocurrieron alrededor del estadio cuando finalizó el partido.

Cuando un equipo gana un título; alegría, ilusión, orgullo, pasión… es lo que se suele sentir. Pero fue el miedo, la angustia, el pánico, el susto, lo que tuvieron que vivir los aficionados esta vez. Personalmente, nunca había pasado tanto miedo como el otro día en Saint Denis.

Yo no tenía entrada, por lo que vi el partido en la FanZone del Real Madrid. Esta se encontraba a 10 minutos andando del estadio, por lo que al finalizar el partido todos los que nos encontrábamos allí fuimos a los alrededores del Stade de France para celebrar la victoria. Lejos de una celebración, cuando llegamos, nos vimos encerrados en una ratonera.

Aun no habíamos llegado al estadio pero ya vimos los primeros navajazos y peleas. Además, el ambiente estaba lleno de gas lacrimógeno. Pensando que esto sería una situación excepcional, seguimos acercándonos. Lo primero que nos sorprendió fue la poca seguridad que había.

Las dos aficiones estaban saliendo juntas y solo había 20 antidisturbios por la zona. Llegamos a una zona desde la que se veía desde arriba una explanada por la que salían los aficionados que habían entrado al campo.

Gente cayéndose al suelo, otros corriendo, otros llorando; navajazos, peleas, robos… era todo lo que se veía. No eran peleas entre los aficionados de los distintos equipos. Ambas aficiones estaban siendo atacadas por bandas organizadas de 30/40 personas cada una.

Todo esto estaba siendo presenciado por los antidisturbios, quienes la única respuesta que daban era “no podemos hacer nada”.

Llenos de miedo, decidimos irnos de ahí, pero no había forma de salir. El metro estaba colapsado, y no había ni autobuses ni taxis. La única forma de salir era recorrer andando las calles de Saint Denis. Afortunadamente, después de una hora y media y juntarnos un grupo lo suficientemente grande como para poder irnos de allí sin ser atacados, conseguimos salir.

En los últimos años se ha luchado mucho para reducir las peleas entre aficiones, y se ha conseguido. Lo del otro día no fue cosa de ultras o hooligans, fue falta de organización y pasividad cuando Saint Denis es considerado uno de los barrios más peligrosos de París. No se puede organizar un evento deportivo en un lugar así, si no se garantiza la seguridad de todos. Es vergonzosa la poca seguridad y protección que se les dio a los aficionados.

Lo del otro día no fue cosa de ultras o hooligans, fue falta de organización y pasividad cuando Saint Denis es considerado uno de los barrios más peligrosos de París"

Ya no se puede cambiar lo sucedido, pero hay que prevenir el futuro. Los próximos Juegos Olímpicos no pueden celebrarse en París si la ciudad sigue en estas condiciones, ni puede volver a ser sede de ningún evento masivo, si no se garantiza más seguridad. 

Todo quedará en un susto, pero pudo haber sido mucho peor".

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