El Eintracht de Frankfurt, campeón de la Europa League en los penaltis frente a un valiente Rangers

Los jugadores del Eintracht de Frankfurt celebran su gol en la final de la Europa League
Los jugadores del Eintracht de Frankfurt celebran su gol en la final de la Europa League
EFE
Los jugadores del Eintracht de Frankfurt celebran su gol en la final de la Europa League

El Eintracht de Frankfurt, el verdugo del Barcelona, se convirtió en el campeón de la Europa League 2021/2022. Ni un gran partido sin su prórroga, y no iba a ser menos la final entre los alemanes y el Rangers escocés. Los goles de Aribo y Santos Borré en una segunda parte frenética no fueron suficientes para solventar el primer gran título del mes de mayo a nivel continental, por lo que hubo que esperar al tiempo añadido para confirmar quién se proclamaba campeón de la segunda copa europea. 

Para darle más emoción, el título fue a la tanda de penaltis. Y ahí el antihéroe fue Aaron Ramsey. En el cuarto disparo, el galés erró el tiro y propició que la copa se fuera para Alemania. El último gol fue de uno de los mejores: Santos Borré.

La fiesta en "el estadio de Mickey Mouse", como criticó el presidente del Eintracht, quedó relativamente empañada por los incidentes previos. Los miles de aficionados de los dos equipos que llegaron a Sevilla sin entrada (se estima que más de 150.000) provocaron algunos problemas para los cientos de agentes de policía, e incluso hubo que lamentar varias batallas campales hasta las horas previas al partido, con varios detenidos.

El Eintracht comenzó la final mucho más plantado en el campo. En los primeros minutos dominaron con autoridad, y a los 20 minutos ya había probado Knauff a McGregor en un disparo al palo corto que obligó a lucirse al cancerbero del Rangers. Por el camino, Rode se llevó un golpe de un compañero y tuvo que ser atendido para que le pusieran un vendaje, lo que retrasó el final de la primera mitad. Una de las imágenes de esta final.

Los germanos, con un Kostic que hizo suya la banda, obligó a los escoceses a replegarse y renuncia a la posesión para jugársela a la contra. Un cabezazo de Lundstram pasada la media hora despertó a los de Glasgow, pero la reacción no cambió el marcador. El calor de Sevilla (hubo una obligada pausa de hidratación) no ayudaba ni a los de Van Bronckhorst ni a los de Glasner.

Con bengalas en el fondo del conjunto alemán, que de nuevo fueron los más ruidosos, empezó la segunda parte. Con el humo aún despejándose se adelantó el Rangers, con un gol de Aribo beneficiado en buena medida por los fallos en defensa que dejó a Trapp vendido ante el atacante rival.

Lejos de hundir a los de Frankfurt, se vinieron arriba. Kamada tuvo el empate en sus botas con una vaselina con la que intentó sorprender a Mcgregor, y el aviso se convirtió en gol justo después: centro de Kostic para Santos Borré y este, entre varios defensores, marcó el 1-1. Puro delantero centro. Aunque el propio Kostic tuvo en sus botas el 2-1, el partido cayó irremediablemente a la prórroga.

Se llegó a los penaltis gracias a Trapp. Una parada casi milagrosa en el minuto 118 de la prórroga evitó que el Rangers se llevara la final y el trofeo de campeón, al menos, en ese momento, y justo después repitió (aunque esta sin tanta heroicidad) en una falta que iba directa a la escuadra.

En la tanda de penaltis, todos cumplieron... menos Aaron Ramsey. El galés falló su disparo y dejó a los escoceses del Rangers sin un título que acariciaban. Cuando Santos Borré marcó su tiro, la alegría de los miles de alemanes que conquistaron el Sánchez Pizjuán estalló. Campeones de la Europa League más que merecidos.

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