Duras críticas a una familia de 'runners' por hacer correr un maratón a un niño de 6 años

  • Los Crawford, incluido el pequeño Rainier, disputaron el Flying Pig Marathon: servicios sociales ya les ha cuestionado.
La familia Crawford, con el pequeño Rainier en brazos de su padre
La familia Crawford, con Rainier en brazos de su padre
IG @Fightfortogether
La familia Crawford, con el pequeño Rainier en brazos de su padre

Nadie puede poner en cuestión que los aficionados a correr maratones están hechos de otra pasta. Dedican muchas horas a entrenar, deben seguir una alimentación estricta y vigilar bien la hidratación y las horas de descanso. Algo que, en niños, es totalmente contraproducente.

Por eso una familia estadounidense está en el centro de la polémica. Kami y Ben Crawford son dos conocidos 'runners' que tienen decenas de miles de fans en las redes sociales. Desde hace tiempo comparten sus andanzas en diferentes pruebas atléticas, pero en las últimas semanas están siendo unánimemente criticados por su participación en el 'Flying Pig Marathon' (el maratón del cerdo volador) de Cincinatti: no sólo corrieron ellos, sino también su hijo Rainier, que tiene 6 años. El pequeño y sus padres corrieron durante 8 horas y 35 minutos la distancia de 42,195 kilómetros.

Desde hace semanas, en el canal de youtube de la familia ('Fight for Together'), llevan cebando los entrenamientos del pequeño, que se lo toma como un juego. Sin embargo, muchos ven en esta actitud de los padres una profunda irresponsabilidad e incluso les acusan de tortura infantil.

Solo hay que ver la cantidad de comentarios que están recibiendo en la foto en sus redes sociales en la que los Crawford conmemoran, junto a los otros miembros de la familia, la supuesta hazaña del niño.

Los organizadores de la prueba, también señalados por permitir que el niño corriera, admiten ahora que no sabían que el pequeño hubiera participado, si bien inducen la mayor carga de responsabilidad a los padres.

Estos se defienden diciendo que Rainier les suplicaba correr. "Le preguntamos muchas veces si quería parar y él era muy claro en que prefería correr. No vimos ninguna señal de que estuviera sufriendo un golpe de calor o deshidratación, así que decidimos aceptar su petición", afirma la familia para defenderse en otro post, en el que aseguran que nunca han obligado a correr al benjamín de la familia ni a sus otros cuatro hijos. Sin embargo, entre los comentarios, aparecen algunos otros supuestos participantes en el citado maratón que afirman que "el niño estaba sufriendo físicamente y quería parar a descansar y sentarse cada tres minutos".  La defensa de los padres fue decir que, para convencerle para seguir, le prometieron una bolsa de patatas fritas.

Además de la propia sociedad, numerosos deportistas profesionales han acusado a los padres de maltrato. Lee Troop, atleta olímpico australiano (participó en los Juegos de Sydney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008), o la estadounidense Kara Goucher (especialista en 10.000 metros, maratoniana y también olímpica en 2008 y 2012) han criticado con dureza lo ocurrido.

"Los organizadores de la carrera permiten que un niño de 6 años corra una maratón. Un niño que se detiene cada 3 minutos después de 20 millas, llorando y angustiado emocionalmente. Los padres lo sobornan para que termine y obtendrá Pringles. Los padres no ven ningún problema en permitir que esto suceda. ¡Todo sobre esto está mal!", denunció Troop, mientras que Goucher va un poco más allá.

"No sé quién necesita escuchar esto, pero un niño de seis años no puede imaginar lo que un maratón les hará físicamente. Un niño de seis años no entiende lo que es abrazar la miseria. Un niño de seis años que está "luchando físicamente" no se da cuenta de que tiene derecho a parar y debería hacerlo. No cuestiono la motivación ni digo que sea una mala crianza. Pero como atleta olímpica, os prometo que esto no es bueno para el niño. Los niños son niños. Déjalos correr, pero como padre, debes proteger sus cuerpos en crecimiento y sus mentes jóvenes".

Después de que la noticia se hiciera viral y los padres apareciesen en varios medios de comunicación, los servicios sociales les hicieron una visita en su domicilio para comprobar las serias acusaciones que vertían sobre ellos. De momento, Rainier y sus hermanos siguen bajo la tutela de sus padres.

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