'Porpoising', 'beam wing', pontones… el diccionario de la Fórmula 1 de 2022 que todo buen aficionado debe conocer

Fernando Alonso, en los test de pretemporada 2022
Fernando Alonso, en los test de pretemporada 2022
James Moy Photography / XPB Images
Fernando Alonso, en los test de pretemporada 2022

La Fórmula 1 es uno de los pocos deportes que, para seguirlos, hay que venir estudiado. Un aficionado que se precie sabe hablar de 'set-ups', 'stints' o telemetrías, pero ese diccionario debe actualizarse temporada a temporada para ponerse al día.

En esta campaña 2022 que arranca en Bahréin no será menos. La llegada de una nueva normativa obliga a ponerse al día de nuevos términos que en las narraciones saldrán una y otra vez, aunque para ello haga falta aprenderse 'palabros' casi impronunciables.

Estos son algunos de los fundamentales:

Porpoising

Para entender este concepto, lo mejor es cerrar los ojos e imaginar el movimiento de un delfín en el mar. Porque el 'porpoising' es, exactamente, eso: marsopeo.

Consecuencia del regreso del efecto suelo, todos los pilotos lo han sufrido en mayor o menor medida en la pretemporada. Consiste en ese incesante rebote a final de recta debido a la pérdida de adherencia aerodinámica con el asfalto, bien por el fondo plano en sí, bien por los baches que puede haber en el circuito.

Beam wing

Otro de los conceptos que hace unos años estaban prohibidos y han regresado a la Fórmula 1. Es un ala inferior situada debajo del alerón trasero, que sirve para evitar que el aire sucio que expulsan los coches genere turbulencias sobre el coche que llega detrás.

El 'truco' aquí es aprovecharlo para que ejerza como un difusor y ayude a ganar estabilidad en el paso por curva, especialmente en la salida.

Pontones

Uno de los grandes caballos de batalla de esta temporada 2022. Aunque durante años habían tenido su importancia, la limitación aerodinámica ha convertido los pontones en uno de los elementos críticos.

Las dos 'escuelas' de pensamiento en esta zona de los coches parecen claras: o bien llevados a su mínima expresión (como ha hecho Mercedes) o bien hacerlos estrechos y largos, como Ferrari o Alpine. En este último sentido, Red Bull apostó en Barcelona por una idea intermedia: unos pontones recortados.

Winglets

Otro anglicismo cuya traducción en castellano más cercana sería 'aletines'. En este caso, y ante la simplificación de los alerones delanteros y traseros, se concentran únicamente en esa suerte de semialerones que tienen por encima de los nuevos neumáticos de 18 pulgadas.

Son clave para conseguir dos beneficios: refrigeración de las ruedas y, sobre todo, reconducción del aire que llega del alerón delantero para que no acabe en el trasero y, con ello, genere turbulencias.

Efecto suelo

Todo lo anterior viene a derivar en una búsqueda incesante de un objetivo: conseguir efecto suelo. Este principio básico para cualquier ingeniero aeroespacial ya lleva en la Fórmula 1 décadas, inventado (entre otros) por el histórico Colin Chapman en su legendario equipo Lotus. 

Consiste en aprovechar la diferencia de presión aerodinámica que hay entre la parte superior y la inferior de un objeto en movimiento. Si se consigue de manera óptima, el objeto (en este caso, un Fórmula 1) es 'succionado' por el suelo y permite una mayor velocidad, tanto en recta como sobre todo en el paso por curva. Quien lo haga de manera más eficiente, tendrá ventaja.

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