El Real Madrid reforzó su liderato con una gran victoria en San Mamés –en partido adelantado de la jornada 21, cosas del calendario– que pone más tierra de por medio con sus rivales. Dos genialidades de Benzema cuando el partido apenas amanecía fueron suficientes para que los blancos se llevaran los tres puntos ante un Athletic sin fortuna, de nuevo, ante la meta contraria.

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El brote de Covid en el conjunto blanco –nueve bajas por la enfermedad tenían– no mermó el potencial de los blancos, que salieron a por todas en San Mamés. Ni tres minutos habían pasado cuando tras una buena combinación al borde del área el balón le llegó a Benzema y el galo, al primer toque, se sacó un delicioso disparo que se coló en la meta de Agirrezabala (Unai Simón, como Iñigo Martínez, no jugó también por el coronavirus).

El Athletic buscó entonces la reacción, pero pronto recibió un nuevo golpe. Eden Hazard arrancó con el balón controlado y, al tratar de arrebatárselo la defensa del Athletic, le llegó a Benzema, que de nuevo no perdonó.

Estaban muy tocados los rojiblancos, con un San Mamés, mudó, hasta que Oihan Sancet lo levantó con otro impresionante golazo. Controló al borde del área, algo escorado, y su zapatazo cogió el efecto suficiente para que Courtois no lo alcanzara y la distancia en el marcador se redujera.

El partido se tomó entonces una pausa. El Real Madrid tocó el balón sin demasiada profundidad, mientras que el Athletic presionó arriba y dominó en varios tramos del partido, pero sin profundidad. Un remate alto de Vencedor tras una buena internada de Balenziaga fue la mejor ocasión, mientras que un cabezazo de Muniain alto puso fin a la primera mitad.

Tras el descanso, el Real Madrid se dedicó a tratar de controlar el partido sin buscar el tercer gol más allá de algún intento de Hazard, más voluntarioso que acertado, y las mejores llegadas fueron vascas. Tuvo el empate el Athletic tras un error de Lucas Vázquez, pero el disparo de Iñaki Williams, a quien le cedió el balón Sancet, se perdió desviado por no demasiado.

Un disparo alto de Raúl García y un centro muy cerrado del recién incorporado Nico Williams que se envenenó fue el bagaje de los de Marcelino, sin demasiadas ideas arriba.

Pudo sentenciar Hazard tras una gran combinación entre Benzema y Vinícius, pero el belga no tiene la fortuna de cara, se topó con una mano espectacular de Agirrezabala.

Cuando el partido agonizaba, una combinación entre los dos hermanos Williams casi pone el empate, pero de nuevo emergió Courtois para salvar a su equipo. Iñaki encontró a Nico en carrera y en el mano a mano, el meta belga se hizo grande para amarrar la victoria de los madridistas, que pudo ser mayor si en el descuento, el canterano Peter, Jovic y Kroos hubieran estado más acertados.