El Clásico, una radiografía de estos tiempos

Vinícius, durante un partido del Real Madrid
Vinícius, durante un partido del Real Madrid
EFE
Vinícius, durante un partido del Real Madrid

El Madrid está mejor que el Barcelona y no encadenaba tantos buenos resultados frente al eterno rival desde hace 50 años; Vinícius está mejor que Ansu Fati; Eric García no es central para un equipo grande porque queda retratado en la foto de los dos goles, especialmente del segundo; Alaba, que también llegó gratis del Bayern, es un central de primer nivel, por calidad, jerarquía y liderazgo; Mingueza no tiene nivel para jugar en el Barcelona, mientras Lucas Vázquez, que tampoco es lateral, cumplió sobradamente en su demarcación.

87.000 espectadores se reunieron en el Camp Nou para comprobar que el equipo blanco está un punto por delante del Barcelona en un partido menor. El Madrid tiene más puntería. Dest perdonó lo infallable, mientras el primer gol del Real Madrid cambió el partido y, a partir de ese momento, le valió con saber competir. La veteranía en la defensa y en la medular del equipo de Ancelotti fue un grado, justo el elemento diferencial para demostrar que este Barça es un quiero y no puedo, muy vulnerable a cualquier contratiempo.

Al Barça le empujó su público, pero con eso no le llegó, y al Madrid le empuja el crecimiento de Vinícius, que se marcó un excelente primer tiempo, marcando diferencias, tomando cada vez mejores decisiones y generando sensaciones de estrella en un partido grande. No se achicó y fue una amenaza permanente, aprovechando el campo abierto que deja el equipo azulgrana detrás de sus centrales.

El equipo blanco sale como líder reforzado por su inteligencia en el campo y su solidez atrás, mientras el Barcelona volverá a lamerse las heridas, navegando en esa inestabilidad que baja desde las moquetas de Laporta hasta el césped del Camp Nou.

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