La labor del portero en el fútbol es, habitualmente, más ingrata que satisfactoria. Un error suyo sale mucho más caro que el de un delantero, y muy pocas veces pueden disfrutar la sensación de marcar un gol. En el CD Lugo - Real Zaragoza sí que se pudo vivir.

Cristian Álvarez se convirtió en el héroe del conjunto maño, al conseguir el gol del empate en el Anxo Carro. Corría ya el minuto 96 y los de Juan Ignacio Martínez caían 1-2. Subió Cristian a un córner, en busca de una épica que, normalmente, no se cumple.

Recibió el balón alto, se tiró con todo... Y él mismo admite que no sabe con qué le dio, pero remató el primer gol de su vida, que además supuso el empate.

Para el Zaragoza fue un punto fundamental. Sumidos en la zona baja de la tabla (son decimoquintos), necesitan sumar y si puede ser de tres en tres mucho mejor, pero todo lo que sea acabar en positivo, mejor.

De ahí que la alegría del tanto fuese casi como un título. "Es una emoción extraña. Estoy en un sueño. No sé ni cómo fue. Creo que le di con la cara, o le dio al defensa y entró... No sé ni qué pasó", relataba después del partido Álvarez, notablemente emocionado.