El FC Barcelona se mete de lleno en la lucha por LaLiga. Lo que hace unos meses parecía una utopía está cada vez más cerca de hacerse realidad, y los azulgranas lo tienen en sus propias manos, ya que después de esta jornada, dependen de sí mismos para alzarse con el título liguero. Tras el tropiezo del Atlético ante el Sevilla, los de Koeman no desperdiciaron su gran oportunidad para ponerse a un punto de los colchoneros, gracias a un gol postrero de Dembélé contra el Valladolid.
Una remontada en la clasificación que permite que en la Ciudad Condal se vuelva a soñar con el doblete, ya que el pasado mes de febrero se encontraban con un 2-0 en contra en semifinales de Copa y a nueve puntos del líder en liga. Poco más de dos meses después, en la final y dependiendo de sí mismos para ponerse primeros, puesto que todavía tienen que disputar su segundo partido contra los de Simeone.
De hecho, la diferencia entre ambos equipos llegó a ser hasta de 12 puntos, cuando en diciembre el Barça caía contra el Cádiz, con los azulgranas hasta fuera de Champions. Esta es la última derrota que conocen en liga, contando solo tres empates posteriores que le han valido para colocarse en una posición privilegiada por la lucha por el título.
Este cambio tiene, sin duda, un responsable por encima de los demás: Ronald Koeman. El técnico neerlandés ha sabido dar en la tecla después de un arranque de temporada dubitativo en el que el equipo no se adaptaba al 4-2-3-1 que quería implantar. La alternancia entre el 4-3-3 y el 3-5-2 ha permitido a los blaugranas ofrecer un juego alegre y encontrar a piezas claves para su juego.
Jugadores como Jordi Alba o Sergio Busquets han recuperado su mejor versión, viviendo una segunda juventud en los últimos encuentros volviendo a ser trascendentales en el buen juego azulgrana. De hecho, el lateral ya cuenta con 5 tantos y la friolera de 12 asistencias en lo que va de temporada.
Otro que ha renacido con Koeman ha sido Dembélé, que, por fin, ha logrado mostrar su mejor versión de azulgrana. Pese a su lesión a principio de temporada, ha sabido volver más fuerte que nunca y ya ha provisto a los suyos con varios goles trascendentales. El último, contra el Valladolid para colocar a su Barça a las puertas del liderato.
También el descubrimiento de jóvenes futbolistas más allá de Pedri (y Ansu Fati, ahora lesionado), que ha sido la indudable revelación de la temporada asentándose como un fijo en los onces de Koeman. La aparición de Ronald Araujo, Óscar Mingueza y más recientemente Ilaix Moriba, jugadores que se han ganado a base de buenas actuaciones un hueco en el equipo, ilusionan al Barcelona del futuro.
Una remontada que culmina justo a tiempo para la recta de final de temporada en la que Messi, Ter Stegen y un De Jong, más versátil que nunca, han sido los grandes líderes en el campo habiendo mantenido al equipo en los momentos más duros. Ahora toca lo más difícil, saber aguantar el mano a mano contra los rojiblancos, con el Real Madrid acechando, para dar la machada cuando se enfrenten, en la jornada 35.
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