El Barça no pudo repetir otra noche heroica y esta vez el PSG hizo bueno el resultado de la ida, cuando Mbappé se encumbró. El francés apareció también en este encuentro, al marcar el único tanto del conjunto francés, y aunque Messi anotó un golazo, no fue suficiente. Catorce años después, el FC Barcelona no pasa de octavos.

Messi claudica frente a Mbappé en su ¿último? partido de Champions con el Barça... y con el PSG suspirando por él

La presencia del nuevo presidente Joan Laporta no se tradujo en épica y menos cuando el argentino, en el que puede ser su último partido de Champions como blaugrana, falló un penalti.

El Barça empezó con mucho más ritmo que en partidos anteriores. De hecho, Messi tuvo cerca el 0-1 con un gran disparo de falta que se fue alto y justo después Dembélé probó desde fuera con otro que se fue desviado. 

En apenas 10 minutos ya habían generado más peligro que en todo el partido de ida. El 'Mosquito' se mostró muy incisivo en esos primeros minutos, y antes de la media hora inicial ya había obligado a Keylor Navas a lucirse en varias ocasiones. El asedio blaugrana (amarillo en este encuentro) fue absoluto desde el principio.

Las iras culés y los memes se ceban con Lenglet por el penalti del PSG - Barça

Los minutos de control culé se fueron por la alcantarilla por culpa de un reincidente: Clement Lenglet. El francés, otra vez, provocó un absurdo penalti al pisar a Verratti en el área cuando se quedaba solo ante Ter Stegen. El árbitro, el británico Anthony Taylor, fue a revisar la acción al VAR y lo pitó. Mbappé pidió tirarlo, para llegar a los cinco goles en esta Champions League y cuarto que le hace al Barça.

La reacción culé no se hizo esperar. Con Junior en el campo por Mingueza, que había visto amarilla y le tocaba cubrir al astro francés, el Barça mantuvo la idea de asediar al PSG y probar en cuanto pudiera. En una de esas, Messi se sacó un obús desde la zona de tres cuartos para marcar un golazo por la escuadra. Un empate que sabía a advertencia: este Barça no había claudicado.

Aún pudo irse el Barça con el 1-2, más que merecido por lo visto en el campo, pero se toparon con Keylor Navas. Kurzawa le dio una patada a Griezmann alta, y el colegiado no se lo pensó: penalti. Messi enfocó los once metros... pero su disparo fue despejado por el costarricense.

La segunda mitad arrancó con el PSG más fuerte, al menos inicialmente, pero poco a poco el Barça volvió a hacerse con el balón. No obstante, el asedio de la primera mitad no se repitió, al menos en el arranque de la segunda.

Las conexiones entre Messi y Dembélé fueron menos productivas tras la entrada de Diallo al campo, pero el PSG tampoco pudo aprovechar las urgencias culés, toda vez que Pedri cuajó un partido defensivo espectacular, muy superior al que por edad deberían exigirle. Keylor fue, con mucho, el mejor de los de Pochettino, que esta vez no pasaron la apisonadora que tuvieron en la ida.

La sensación generalizada para el Barça fue que se quedaron cortos. Di María en el terreno de juego le puso más verticalidad al PSG, pero no fue suficiente (ni necesario) apretar más para cambiar el resultado. El penalti de Messi fallado pesó demasiado.