El Atlético de Madrid ha perdido su condición de invicto en esta Liga, merced a su clara derrota frente a un Real Madrid que ha confirmado su resurrección. El conjunto blanco sacó su mejor versión, tanto de juego como de ocasiones, frente a unos colchoneros que encarnaron la impotencia de quien se ve superado en todas las facetas. 

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Sólo fueron superiores en faltas, algunas de ellas merecedoras de un castigo mayor y que no lo fueron por la habitual permisividad de Antonio Mateu Lahoz, el colegiado del encuentro.

La idea de Zidane para llevarse el partido se vio desde el primer minuto. Presión alta y, sobre todo, no permitir que el Atlético llevase el balón. Así, en los primeros diez minutos ya habían lanzado un balón rozando el palo, con un disparo lejano de Modric, y otro que se estrelló en la cruceta después de que Oblak rozase un chut con intención de Benzema.

Pero fue en una de las acciones que mejor controla el Atlético, precisamente, donde los de Zidane se adelantaron. Casemiro cabeceó un córner que se encontró sin marca, después de que Herrera se resbalase justo delante del palo.

No podía faltar el protagonismo de Mateu Lahoz, en esta ocasión por omisión, ya que los rojiblancos empezaron a frenar el juego del Madrid a base de fútbol duro, aunque no pitó nada. De hecho, Kroos estaba en el suelo cuando Benzema comandó una gran jugada blanca que casi culmina en el 2-0. El juego de los colchoneros derivó en piques y tensión entre los jugadores, y de hecho la primera parte acabó con un conato de bronca entre Koke y Vinícius, que tuvieron que ser separados, ante la connivencia de Mateu.

La impotencia del Atlético al verse superado quedó marcada en un ejemplo: Lemar, nada más salir del descanso, entró con la plantilla por delante a Casemiro, que acabó en el suelo dolorido. Sin fútbol ni ocasiones, faltas. Ante el arreón del Real Madrid, el Atlético sólo podía frenarles con faltas, como la que hizo Correa sobre Kroos en la frontal del área, al borde del penalti, después de un grosero error de Lodi que la echó atrás ante la carrera de Benzema.

El Real Madrid empezó a ceder metros, lo que fue aprovechado por el Atlético para apretar. Lemar marró una ocasión clara, a un balón centrado por Carrasco que, incomprensiblemente, mandó al lateral de la red cuando estaba a apenas 2 metros de la portería con Courtois medio vencido.

El avance rojiblanco hacia una eventual remontada quedó en nada, por una falta en la zona de tres cuartos. Kroos fue el encargado de botarla al área, pero en el rechace al centro llegó Carvajal para empalmar una espectacular volea que dio en el palo y en Oblak para convertirse en el 2-0 del encuentro. En apenas una hora, el Madrid le había hecho al Atlético los mismos goles que habían recibido en las 10 jornadas previas.

El irredento carácter del Atlético les hizo mantener la presión hasta el final, lo que obligó al Real Madrid a apretar en defensa, pero la salida de Carvajal del campo por Rodrygo hizo retrasarse a Lucas Vázquez para que el brasileño ocupase su puesto. Eso abrió permitió abrir el campo Saúl tuvo en su frente el 2-1 a falta de diez minutos para el 90, pero se encontró con un Courtois que sacó el testarazo por puros reflejos sobre la línea.

Pese a que el Atlético se vio muy fuerte en los minutos finales, el Real Madrid aún pudo aumentar aún más la renta de la victoria con un disparo de Lucas Vázquez que sacó la zaga colchonera.