La respuesta cambiará por generaciones y el debate se mantendrá para la eternidad. Los abuelos dirán que Di Stéfano jugaba bien hasta de portero en aquel Real Madrid de blanco y negro, y que Pelé era el rey; el padre responderá que la revolución llegó con Cruyff, en el césped y en el banquillo, y que nadie tocó la pelota como Maradona. Y el hijo, conquistado por 10 pantallas de diferente tamaño, alucinará con las cifras de Messi, sus Balones de Oro, sus infinitos goles con el Barcelona y tendrá muy claro que como él ni hubieron ni habrán. Y posiblemente todos ellos tengan su cuota de razón.

La triste muerte de Maradona ha devuelto la eterna pregunta a la primera fila de la platea: ¿quién ha sido el mejor futbolista de la historia? Existe algo parecido a la unanimidad cuando la baraja de candidatos se reduce a estos cinco nombres. Pero un minuto después de esta lujosa selección, que deja fuera nombres como Zidane o Ronaldo, llegan las opiniones, que hay tantas como flores en el campo. Así que... a deshojar la margarita.

Los expertos hablan

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  Raúl Rioja

  Periodista deportivo de 20minutos

  En el habitual debate sobre quién es el mejor de la historia de un deporte, siempre uso un argumento. Si tu vida, o la de tu familiar más querido, dependiera de un partido, ¿a qué jugador, en su apogeo, elegirías? En el fútbol, la respuesta sería casi unánime: el Maradona del Mundial del 86. Su carrera no fue la más larga ni la que ostenta los mayores récords, ahí Pelé y Messi lo superan ampliamente. Esa no es, sin embargo, la cuestión; el fútbol va mucho más allá de los números y solo hacen falta siete partidos, los de México, para dar respuesta a quién es el mejor de siempre. Sumemos a la mejor actuación de la historia lo que hizo en el Nápoles, llevando a un equipo ramplón a dominar la entonces mejor liga del mundo. Repasen, les ruego, sus partidos en los 80: las patadas criminales, las cacerías sin piedad, la permisividad arbitral. Aunque, bueno, lo mencionado se resume en unos segundos: ese calentamiento al ritmo de Live is Life. Fue el Mejor, con mayúsculas.

• 2

  

  Elías Israel

  Periodista

  Quizás haya quien, a estas alturas, no conozca el nombre completo de Edson Arantes do Nascimento, pero, puestos a discernir entre los cinco grandes futbolistas de la historia, decir Pelé es apelar a los tres valores que se esperan de un gran icono: la genialidad, la ejemplaridad y el carisma. Decir Pelé es hablar de la mejor selección de la historia, el Brasil de los 70, del futbolista policromático que le dio otra dimensión a la manera de entender el juego, del hombre que representa mejor este deporte allá donde es religión, del sublime goleador que puso nombre a goles que ni siquiera entraron en la portería. Manejó el balón como un gran elegido, pero condujo su impacto fuera de los terrenos de juego como ninguno. Cualquiera que ame el fútbol, más allá de los colores, debería asomarse a los vídeos y documentales de este fuera de serie que nunca defrauda.

• 3

  

  Iñaki Cano

  Periodista

  Mi padre, que murió antes de ver jugar a Maradona, siempre me insistió en la grandeza de don Alfredo. Mi padre, que le vio jugar en los años 50 y 60, no me daba opción a que me gustara otro jugador y terminé idolatrando a Di Stéfano. Reconozco mi debilidad por Maradona y la dificultad de comparar épocas distintas, pero mi padre no podía estar equivocado. No se me olvidará el día que el Real Madrid ganó la Copa de Europa en Bruselas (2-1), que vi junto a mi padre a través de la ventana del Centro Español en Grenchen (Suiza) subido sobre un barril de cerveza. Mi padre, con lágrimas en los ojos, me gritaba: "Con Di Stéfano al Partizan lo hubiéramos goleado". Después volvió a explicarme todas esas maravillas que hacía don Alfredo. Lo único seguro es que mi padre, ahora en el cielo, disfrutará de los dos mejores futbolistas de la historia.

• 4

  

  Noelia Pérez

  Periodista de 20minutos

  Dejemos a un lado la melancolía por el fallecimiento de un mito. Retrocedamos, por ejemplo, seis meses. ¿Qué responderían entonces? Yo: Messi. Las comparaciones son odiosas y las etapas en las que triunfaron, muy diferentes. El fútbol ha cambiado, ahora es más espectáculo, más exigente: si un día estás mal, te critican; si estás bien, también. Y eso Leo ha sabido gestionarlo como nadie. Lleva más de diez años superando toda estadística, todo paralelismo. Es gol, es asistencia. Tiene seis balones de oro (Maradona tendría como mucho tres) y 34 títulos (4 Champions). ¿Su mejor partido? Quizá ante el Getafe; quizá el 2-6 en el Bernabéu; la final de Champions de 2011 ante el United… ¡Es tan difícil elegir! "Messi es Maradona todos los días", dijo Valdano en 2013. Y lo mejor es que en los 12 años que lleva en la élite del fútbol ha habido 4.380 días. La falta del Mundial con Argentina es lo único que lo lastra. Tranquilos, aún podremos verlo jugar otro.

• 5

  

  Raúl R. Vega

  Subdirector de 20minutos

  Me permitiré una licencia imperdonable para cualquier tertuliano que se precie: vale, sé que no tengo razón, Cruyff no fue el mejor jugador de la historia y pienso que ocuparía la quinta plaza en este escalafón, pero sí defenderé con argumentos su condición de jugador más influyente por lo que supuso para el fútbol, una revolución que por fortuna continúa hasta nuestros días. Y creo que ni Maradona, Messi, Pelé o Di Stéfano pudieron dejar un legado tan potente como Cruyff en sus dos escenarios: campo y banquillo. Porque desde ambos propugnó un cambio de modelo absoluto, un fútbol total en el que primaba buscar el balón. Y así convirtió a Holanda en la mejor selección que hubo sin Mundial, y así transformó al Barcelona en un equipo de ensueño. Y así... una pregunta: ¿creen que la España del tiki-taka bebió del modelo Johan? Si la respuesta es positiva, está claro: no fue el mejor, sino el más influyente.