La intrahistoria del enfado de Messi al aterrizar desde Argentina: le esperaba un inspector de Hacienda

Leo Messi
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Europa Press
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Leo Messi.
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Messi no tenía muchas ganas de hablar con los reporteros que le esperaban cuando aterrizó en el aeropuerto del Prat de los partidos con Argentina. No era sólo porque siga con su sequía goleadora con su selección, sino porque cuando se bajó del avión se encontró con una desagradable sorpresa: un inspector de Hacienda le aguardaba.

"Recién llego después de 15 horas y me encuentro con uno de Hacienda ahí haciéndome una inspección. Una locura...", se lamentó con los medios de comunicación, lo que explicó su 'bufido' cuando le cuestionaron sobre las quejas del entorno de Antoine Griezmann.

La situación concreta fue la siguiente. Messi viajó en un vuelo privado desde Argentina, acompañado por Pepe Costa, el hombre de confianza que le coloca el club en cada vuelo que hace con su selección, sus compatriotas Ángel Di María y Leandro Paredes, que tomaron una conexión hacia París desde Barcelona, y los miembros imprescindibles de la tripulación. Tras un trayecto de 15 horas, nada más llegar, varios funcionarios de Aduanas, que depende del Ministerio de Hacienda, abordaron el avión para pedirles documentación. Tardaron más de una hora en el proceso, con el consecuente hartazgo del futbolista.

La relación de Messi con Hacienda es muy tensa. En 2017 fue condenado a 21 meses de cárcel por defraudar más de 4 millones por impuestos no cotizados entre 2007 y 2009, pena que le perdonaron a cambio de 252.000 euros de multa. La presunta ingeniería fiscal que utiliza con su Fundación para ahorrarse dinero ha hecho que la lupa judicial no se aparte de él desde entonces.

El futuro de Messi, en el fondo del cabreo

En este contexto, además, su futuro con el FC Barcelona está más fuera que dentro. La dimisión de Josep María Bartomeu ha dejado en el aire su promesa de irse en 2021, algo que no hizo ya este pasado verano para no tener que ir a juicio con el club de toda su vida, pero con la situación económica del club se antoja harto complicado que siga. 

El límite salarial que tiene el Barça para esta temporada (ha visto reducido en casi 300 millones lo que tenía la pasada) obliga al club a reducir costes de manera urgente, y Messi es el que más cobra de la plantilla, de largo. Se estima que gana unos 100 millones de euros brutos al año, a los que hay que restar el 45% que se queda Hacienda para unos 50 millones netos, que no es poco.

En los próximos días tienen que llegar a un acuerdo conjunto toda la plantilla con el club para que la rebaja salarial imprescindible se haga efectiva, algo que además tendrán que ratificar con el próximo presidente culé, que se elegirá el 24 de enero. Para esa fecha, Messi ya será libre de negociar con otros clubes.

El Barcelona está obligado a reducir en casi 200 millones su masa salarial si no quieren entrar en concurso de acreedores. Sólo quitándose a Messi se ahorrarían la mitad.

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