Uno de los grandes focos de atención de estas últimas jornadas de 2020 era ver el reencuentro de Luis Suárez con el FC Barcelona pero defendiendo la camiseta del Atlético de Madrid, pero no se producirá por culpa del coronavirus.
El delantero uruguayo ha dado positivo durante la concentración de su selección y se perderá, al menos, los encuentros de Liga contra el equipo culé y de Champions contra el Lokomotiv de Moscú. Será una baja sensible para los de Simeone, que tendrá que cruzar los dedos para que sea la última por este motivo, ya que también pierde a Héctor Herrera, pero en este caso por una lesión clásica. Tampoco Koeman podrá contar con Sergio Busquets, pero al igual que el mexicano del Atlético, este es por una dolencia muscular 'previsible'
El de Suárez con su amigo Messi es el segundo reencuentro deseado que frustra el Covid-19. Ya en octubre ocurrió lo mismo con Cristiano Ronaldo, que en el mes que estuvo de baja por haber dado positivo con Portugal se perdió varios encuentros con la Juventus, entre los que se encontraba el ansiado duelo contra el Barcelona también, en el que iba a volver a verse las caras con el '10' argentino y compañía.
El de Suárez es uno de los contagios confirmados, pero puede haber afectado a más jugadores de su país, aún pendiente de pruebas. No es una cuestión exclusiva de los países americanos, ni mucho menos.
El Suiza-Ucrania de esta jornada de la UEFA Nations League se ha cancelado debido a los positivos de tres jugadores ucranianos (Eduard Sobol, Evgen Makarenko y Dmytro Riznyk). La selección de Europa del Este ya sufrió hasta 10 bajas en la anterior concentración por sendos positivos, y Francia lo aprovechó para meterles un contundente 7-1 en un amistoso.
El serbio Kolarov también ha abandonado su concentración tras haberse contagiado: será baja con el Inter de Milán en la próxima jornada de la Serie A y en la Champions League contra el Real Madrid.
Cada uno con sus diferencias, todos estos casos confirmados (y los que aún pueden caer) tienen algo en común: se produjeron en las concentraciones de las selecciones. Si las burbujas de los equipos ya funcionan con relativo éxito (todos o casi todos los equipos han tenido positivos, véase Hazard, Casemiro y Militao en el Real Madrid, todos ellos en periodo liguero), los de las selecciones cuesta aún más controlarlos.
Las dificultades para gestionar los viajes, las reuniones de futbolistas de diferentes equipos y países que se juntan con las elásticas de sus países y las dudas sobre los protocolos de UEFA y FIFA y de las propias federaciones nacionales han hecho que muchos entrenadores crucen los dedos ante cada parón de selecciones. Visto lo visto, tienen motivos para temerlo.
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