La 75ª edición de la Vuelta a España será, como todos los eventos deportivos de 2020, muy distinta a lo inicialmente previsto. Anulada la salida desde los Países Bajos, que pretendía honrar a los años que había sido territorio del imperio español, será la subida desde Irún a Arrate la que pondrá el punto de partida de una ronda con muchas incógnitas.

La terrible caída de Alaphillippe al chocar con una moto en Flandes

La primera gran duda será la capacidad de los ciclista que han elegido esta frente al Giro de Italia, cuya última semana se solapa con la primera de la Vuelta. Hasta cinco ganadores de grandes rondas ciclistas se jugarán el maillot rojo, pero ninguno parte muy lejos en la lista de candidatos. Chris Froome y Richard Carapaz, del Ineos Grenadiers, Tom Dumoulin y Primoz Roglic (ganador en 2019 y 2º en el Tour 2020), del Jumbo Visma y Alejandro Valverde, del Movistar, son los que ya tienen alguna de las 'tres grandes', pero ni mucho menos son los únicos en luchar por la victoria.

En el equipo español, de hecho, Valverde es sólo uno de los tres que llegan con ganas de llevarse los galones. Al murciano se unen Enric Mas, jefe de filas sobre el papel, y Marc Soler, cuya progresión debe confirmarse en esta edición. Si no tienen claro cuál es su labor en cada etapa de la Vuelta, pueden volver a sufrir dudas como en 2019. Valverde advierte que los galones no están tan claros: "Hay que afrontar cada día como si fuera una clásica. Cualquiera de los tres estamos capacitados para estar delante", señalaba el veterano ciclista.

"Voy a empezar como en el Tour, con la mentalidad de ir poco a poco, hay que tener en cuenta que los rivales son fuertes", prometía Mas, que es consciente de que ellos son sólo la baza española de una Vuelta con ausencias: Tadej Pogacar, ganador del Tour, Mikel Landa o Egan Bernal son sólo algunas de las más notables.

Avisos al público y promesa de la organización

Estalla la burbuja antiCOVID del Giro: 17 policías dan positivo, habrá test de urgencia y se teme un contagio masivo

Tras los casos vistos en el Tour y el Giro, la Vuelta quiere mostrar músculo en cuanto a la organización y por eso han prometido un protocolo estricto de control sanitario. Aunque no está prohibido, desde Unipublic han pedido a los aficionados que no se acerquen a las zonas de meta y que cumplan todas las recomendaciones sociosanitarias de las regiones por las que pasará la carrera.

"Hemos eliminado las actividades promocionales, no habrá caravana publicitaria, ni Vuelta júnior, ni "fans zone", ni espectáculos paralelos, y hemos reducido el personal de organización. Por otra parte, hemos hecho un llamamiento al público para que se quede en casa y vea el espectáculo del ciclismo por televisión. Son dos medidas que no se han tomado en otras carreras", recordaba Javier Guillén, director de la Vuelta, en una entrevista a EFE.

72 agentes de la Policía Nacional reforzarán la seguridad de la Vuelta, que ha garantizado un control estricto de las 'burbujas' sanitarias. Este lunes, antes de las revisiones, se hicieron test todos los miembros que pasarán por la ronda española, desde corredores hasta periodistas. Ninguno de los deportistas dio positivo y sólo un miembro del staff del Bahrain-McLaren y otro del Team Sunweb fallaron las pruebas diagnósticas.

Las etapas: mucha montaña y nombres míticos

Será una Vuelta en la que el frío y la lluvia añadirán tensión a un recorrido en el que los expertos en la montaña tendrán que dar el 'do' de pecho. Del 20 de octubre al 8 de noviembre, esta edición será un auténtico suplicio para quien no llegue al 100% de forma.

Desde el primer día, con la subida a Arrate, se ha dejado claro que no habrá margen para el fallo, antes de pisar zonas como la Laguna Negra, el Tourmalet, Moncalvillo, el Angliru o la Covatilla, a donde llegará el pelotón en una penúltima jornada antes del paseo por Madrid. La 17ª etapa, que acaba en ese puerto de categoría especial pero que contará con otros cinco (uno de primera, tres de 3ª, uno de 2ª), será, con total probabilidad, donde se decida el vencedor final.