El 2020 se le está haciendo eterno a Ferrari. La Scuderia no levanta cabeza, y en la llegada al tercer triplete de la temporada (tres carreras consecutivas) apunta a que lo van a pasar aún peor. El resultado obtenido en los primeros libres del GP de Bélgica lo dicen todo: Charles Leclerc fue 15º y Sebastian Vettel, 17º.

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La situación es crítica. En un circuito donde el coche debe estar perfectamente balanceado entre un buen motor y una alta eficiencia aerodinámica, el SF1000 ha destapado todas sus carencias, que son muchas, en estos aspectos clave. Ni el monegasco, que logró aquí su primera victoria en F1 el año pasado, ni mucho menos el alemán, que está ya con las maletas hechas para irse cuanto antes de Maranello, son optimistas para este fin de semana.

Ya no sólo es que no vayan a pelear por los puestos de arriba, ni siquiera si finalmente llueve como parece que va a ocurrir, sino que posiblemente lo pasen muy mal para avanzar de la Q1 en la clasificación. Lentos en las zonas rápidas, correosos en las lentas e inestables en las subidas (como la del Eau Rouge hacia el Raidillon) de Spa, el desastroso resultado obtenido este jueves ha hecho cundir el pánico entre los tifosi.

Mientras ellos se hunden, todo son sonrisas y sospechas a partes iguales arriba. Max Verstappen fue el más rápido del día, pero está seguro de que el 'mal' resultado de los Mercedes (Lewis Hamilton fue 3º y Valtteri Bottas, 6º) no son en absoluto reales. Los hombres de los coches negros, mientras, están convencidos de que el rendimiento de Red Bull sí es real y son más rápidos que ellos este fin de semana.

Los Ferrari, mientras, se ven peleando con los Williams, Haas y Alfa Romeo, coches con los que tendrán que batirse el cobre para no hacer el ridículo de quedar eliminados a las primeras de cambio este sábado.