La muerte de la campeona mundial juvenil de escalada recuerda los peligros y las tragedias de los deportes de riesgo

Escalar la montaña más alta del planeta no es una aventura fácil ni barata. En los últimos años se ha puesto de moda y el precio oscila entre los 20.000 y los 40.000 dólares, un negocio lucrativo que el propio Everest está sufriendo, ya que muchos viajeros dejan desperdicios en la ruta y la estropean.
El Everest, la montaña más alta del planeta. 
Pixabay
Escalar la montaña más alta del planeta no es una aventura fácil ni barata. En los últimos años se ha puesto de moda y el precio oscila entre los 20.000 y los 40.000 dólares, un negocio lucrativo que el propio Everest está sufriendo, ya que muchos viajeros dejan desperdicios en la ruta y la estropean.

La muerte de la campeona mundial juvenil de escalada Luce Douady tras caerse por un acantilado vuelve a poner de manifiesto que los deportes de montaña son los que tienen mayor riesgo de muerte. La escalada o el alpinismo figuran entre las disciplinas que más vidas se cobran, aunque son diversos los deportes que han dejado tragedias los últimos años.

Precisamente la escalada cuenta con unos datos escalofriantes, ya que por cada 8 montañeros que superan los 6.000 m. en el Himalaya se registra una muerte, según diferentes estudios, lo que deja un 8% y un 10% de mortandad.

Eso sí, no hace falta ir en busca el techo del planeta para tener en consideración los peligros de las montañas, como se vio tras el trágico accidente del esquiador freerider Hugo Hoff, de 21 años, que perdió la vida tras precipitarse descendiendo por el corredor Gervasutti del Mont-Blanc, que supera los 4.000 metros y tiene pendientes extremas de hasta 55º.

En cualquier caso, existen otros entornos deportivos con riesgos de sufrir un accidente mortal, como ocurre en los deportes de motor. Una prueba de ello se ha visto este mismo 2020 en el Rally Dakar, que en esta última edición dejó dos víctimas mortales.

El raid más duro del mundo se tiene en consideración como tal debido, precisamente, al riesgo que corren los competidores y todos los componentes de la caravana, que en su última edición lloró la muerte de los pilotos Paulo Gonçalves y Edwin Straver, las víctimas número 62 y 63 que el Dakar deja desde su creación en 1979.

Otras disciplinas del mundo del motor han dejado tragedias inolvidables, como las 26 víctimas de la Fórmula 1 desde su creación en 1950, siendo la de Ayrton Senna la más conocida y con Jules Bianchi como último fallecido, en 2015.

Queda claro que la velocidad conlleva riesgos, como también saben bien los amantes de las dos ruedas, cuyas tragedias más recientes tuvieron como víctimas a Daijiro Kato en 2003, a Shoya Tomizawa en 2010, a Marco Simoncelli en 2011 y a Luis Salom en 2016.

Eso sí, existen otras disciplinas que, a priori no conllevan tantos riesgos pero también nos dejan trágicas historias, como la reciente muerte de un surfista que fue atacado por un tiburón blanco de tres metros. Este tipo de incidentes aumentó en Australia en 2019 y siguen encendiendo las alarmas esporádicamente.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento