La transformación del hexacampeón Hamilton, de fiestero a vegano militante

Lewis Hamilton, hexacampeón del mundo de Fórmula 1 y activista medioambiental.
Lewis Hamilton, hexacampeón del mundo de F1 y activista medioambiental.
Mercedes AMG F1
Lewis Hamilton, hexacampeón del mundo de Fórmula 1 y activista medioambiental.

Lewis Hamilton ya está a un Mundial de igualar la legendaria marca de Michael Schumacher. Parecía imposible que este día llegara, pero el británico está confirmando que en esta era híbrida de la Fórmula 1 no hay quien pueda tumbarle. Ni el renacimiento tambaleante de Ferrari, empeñado en entregar sus mejores armas a su pasióin por el caos y el drama, ha podido con el de Stevenage.

Lewis Hamilton, antes de subirse a su Mercedes durante el GP de Japón.

Lewis Hamilton

  • Stevenage, Gran Bretaña - 7 de enero de 1985
Piloto de Fórmula 1. 6x Mundiales

Poco o nada queda en el reflejo de este Lewis Hamilton con aquel que se peleó con la afición española por la polémica campaña 2007 en McLaren. Casi nada de aquel que hundió en la miseria a Felipe Massa y a su familia en el GP de Brasil de 2008 y poco o nada del que se iba de fiesta a Los Ángeles con sus amigos los diseñadores y las modelos, aunque aún alterna de vez en cuando. Por no quedar, no le queda ni el jet con el que se ganó las envidias de los multimillonarios de todo el mundo.

El Lewis Hamilton que ha ganado su sexto mundial de Fórmula 1, algo que sólo había logrado -y posteriormente, superado- antes el 'kaiser', se está convirtiendo en el adalid de una filosofía de vida como es el veganismo. Desde su atalaya de deportista de élite, este ya no tan joven de Stevenage cuya excéntrica personalidad roza la paranoia (no deja que nadie le roce cuando pasea por el paddock, por ejemplo) se ha empeñado en luchar contra los males del mundo, empezando por la crisis medioambiental. Que nadie se asombre si un día de estos aparece de la mano de Greta Thunberg, la Juana de Arco del siglo XXI como algunos la han bautizado, para echar la bronca a quienes hacen de este mundo un lugar más sucio.

No deja de ser una ironía que Hamilton haya alcanzado la cota de fama y celebridad en uno de los deportes menos sostenibles del mundo. Se lo recordaba recientemente el compañero de equipo al que más ha respetado y temido (y hasta cierto punto, querido): Fernando Alonso. "Como piloto de Fórmula 1 coges unos 200 aviones al año, luego no puedes salir y decir ‘no comas carne’", dijo el asturiano en la presentación de una subasta solidaria para ayudar a limpiar los fondos marinos. 

"Como piloto de F1 coges unos 200 aviones al año, luego no puedes salir y decir 'no comas carne'" - Fernando Alonso

¿Es sostenible la postura beligerante contra el cambio climático, cadena de restaurantes de hamburguesas veganas incluida, mientras se es piloto de Fórmula 1? ¿Es coherente lucir como un gánster de la Detroit de los 80, codearse con magnates de la industria de la moda y a la vez agarrarse el corazón por la muerte de millones de vacas para el consumo de carne?

¿Cuánto le queda de carrera?

He aquí el dilema. A Hamilton le queda más pasado que futuro en el Gran Circo. Su actual contrato con Mercedes acaba en 2021 (como el de casi todos los pilotos) y aunque admite que no tiene mucha prisa por irse, no al menos mientras gane, cada vez más está mirando hacia fuera de la burbuja de la Fórmula 1. Quizá la nueva normativa le atraiga lo suficiente como para seguir, o quizá se haga chófer de lujo de Thunberg para ir a remover conciencias. 

Mientras se decide, irá tumando récord tras récord deportivo para convertirse, al menos por números, en el más grande de la historia.

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