Valtteri Bottas no pudo frenar más tiempo lo inevitable. Pese a ganar el GP de EE UU de Fórmula 1, Lewis Hamilton se ha proclamado hexacampeón del mundo de Fórmula 1. El finlandés necesitaba casi un milagro, ya que ni llevándose la victoria lo iba a lograr. 

Hamilton buscó la victoria hasta el final, con una estrategia un tanto arriesgada a una parada, pero acabó pidiendo al final la hora, ya que Bottas acertó con la idea de parar dos veces. En el podio les acompañó Max Verstappen, convidado en la batalla de los Mercedes.

Sebastian Vettel se descartó muy pronto de la victoria, del podio y de la carrera. Tras una salida algo dubitativa en la que cedió el segundo puesto con Max Verstappen, acabó abandonando por la rotura de la suspensión trasera derecha. El alemán fue víctima de uno de los pianos que colocaron para evitar que los pilotos se pasasen de los límites de la pista.

La carrera se decidió por pura estrategia. Bottas decidió ir a dos paradas, mientras que Hamilton fue a una. La idea era buena, pero no suficiente: el finlandés llegó al final de la prueba mucho mejor que su compañero, lo que a la postre le dio la victoria.

A falta de dos vueltas, una bandera amarilla evitó que Max Verstappen le quitara el segundo puesto por lo que el británico entró en la leyenda: seis mundiales de Fórmula 1.