Cádiz se despide de los botellones y las barbacoas playeras

La playa de la Victoria huele a humo, a carbón y a fiesta nada más caer la noche. Poco a poco la fiesta va degenerando en desenfreno. Mucho alcohol hasta altas horas de la madrugada. Con el paso de los años las barbacoas se han convertido en un macrobotellón de miles de personas en la playa. Al filo del amanecer la policía desaloja la playa. Los jóvenes se van pero no recogen la basura. La zona acaba con 20.000 kilos de desperdicios que los servicios de limpieza tardan horas en recoger. Tras años de polémica por la suciedad que se genera en las playas, el Ayuntamiento de Cádiz ha decidido prohibir la fiesta. Este ha sido el último, pero los gaditanos prometen seguir divirtiéndose aunque lo tengan que hacer algo más lejos del mar.