Saltó este jueves el presidente Rajoy al estrado del Congreso con una sonrisa en el rostro. No solo por intuirse ya como presidente del Gobierno de la 12ª legislatura, sino también porque los datos de paro que el INE sacó minutos antes de su horno estadístico eran mejores, aún, que los análisis previos más optimistas.

"La situación de España ha cambiado y mucho desde 2011 gracias a nuestras políticas exitosas", alardeó desde la tribuna Mariano Rajoy. Los buenos datos de la EPA en el tercer trimestre estaban convenientemente dispuestos entre sus papeles.

Y en sus papeles, decía lo siguiente: la tasa de paro más baja desde 2009 (18,9%) y la primera vez en seis años que baja del 20%; un recorte de 253.900 desempleados que deja el número total en 4.320.800 españoles sin empleo; y sobre todo, un subidón de la ocupación –226.500 empleos más, un crecimiento mayor al del mismo período de 2015– que eleva a 18.527.500 la cifra de personas con empleo. Una suma que no se alcanzaba desde 2011.

Pero las buenas cifras terminan ahí. Un análisis más profundo de la EPA desvela que el paro ha bajado menos que en el tercer trimestre de 2015 (el año pasado el desempleo se recortó en 298.500 personas); que la caída en la tasa de paro se ve favorecido por la menor población activa (hay 27.300 personas menos en edad de trabajar); y sobre todo, que el incremento de la ocupación se debe fundamentalmente al sector servicios. Especialmente acusada fue el alza en la hostelería (56.500 ocupados más) y en el comercio (84.500). Lo habitual en el estío del mercado laboral en España.

El empuje del turismo de julio a septiembre –favorecido por el millón y medio de visitantes que llegaron este verano huyendo de la inseguridad en otras regiones del arco mediterráneo– ha alzado la ocupación en los Servicios en 178.700 personas. El sector terciario, de este modo, se anota casi el 80% del saldo positivo del empleo en el pasado trimestre. Pero los puestos de empleo veraniego se caracterizan por su sueldo precario y su carácter temporal. Unos datos que no aparecieron ayer durante la intervención de Rajoy en la tribuna del Parlamento.

"El Gobierno esconde que la temporalidad avanza y que se está convirtiendo en un problema estructural", lamenta Mari Carmen Barrera, secretaria de Políticas de Empleo de UGT. Su sindicato alerta de tres males: el "enquistamiento" de la temporalidad, el binomio empleo-pobreza y el abultado paro de larga duración –un 41,9% de los desempleados llevan más de dos años buscando trabajo infructuosamente–. "La EPA muestra los síntomas que tiene la economía y la sociedad española", estima por su parte el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo.

Más del 90% de los contratos que llegan mensualmente a las Oficinas de Empleo son de carácter temporal y esta circunstancia redibuja el mapa laboral en España. La tasa de temporalidad –el peso que suponen las ocupaciones pasajeras frente al total de empleos– ascendía en el tercer trimestre de 2009 al 23,85%, pero la EPA de ayer añade tres puntos. Hasta el 26,98% de los ocupados en España son ya temporales; un porcentaje que solo supera Polonia (28,4%) en la UE y está muy por encima de la media comunitaria (14%).

Datos de la EPA del tercer trimestre

El pasado verano no hizo más que empeorar la situación. El número de asalariados temporales avanzó de julio a septiembre en 245.900 personas debido al boom de los contratos formalizados solo para la campaña veraniega. Los ocupados de forma indefinida, sin embargo, fueron 29.100 menos que en el trimestre anterior. "Esto muestra que la recuperación del empleo viene de la mano de actividades que demandan un empleo temporal y de baja calidad", lamentan desde el sindicato UGT.