En realidad, las medusas pican, pero no atacan. Son seres pasivos hasta para eso, para defenderse. Tienen tentáculos con miles de células urticantes que, al contacto con un cuerpo extraño, disparan un veneno que, aunque es de los más tóxicos que se conocen, muy difícilmente son mortales para el ser humano.

Las células urticantes se activan al contacto con un cuerpo extraño y por bruscos cambios de temperatura o de salinidad. Por eso no hay que aplicar agua dulce en la herida: aunque se trate de un resto de tentáculo, esos factores (cambio brusco de temperatura o de salinidad) puede activar el cnidocisto, que es disparado desde el interior de la célula como con un muelle. Los tentáculos sólo dejan de ser urticantes cuando están secos, porque es cuando se anula el efecto muelle.

Son pasivas

Las medusas se mueven casi al son de las corrientes y dejan caer sus tentáculos para capturar alimento, luego los retraen y los llevan a su boca. Si estos tentáculos llegan a rozar a un bañista, éste recibe automáticamente la descarga.

Debido a la longitud y transparencia de los tentáculos de algunas medusas, uno puede tener controlada con la vista una medusa y notar la picadura, por lo que al divisar una medusa, conviene salir del agua.

Los tentáculos

Son una perfecta red atiborrada de pequeños aguijones, los cnidocistos (tienen miles de ellos por centímetro cuadrado). Además de por contacto, también se disparan por osmosis. En este caso, lo que activa la célula urticante es un cambio en la cantidad de agua que poseen las células: si ponemos agua dulce en nuestra herida reciente, provocaremos un estallido y una posterior inoculación del veneno, porque el agua dulce entrará bruscamente en la célula haciéndola explotar.

Por eso es fundamental limpiarse la herida con agua salada, como primer paso, y después administrar frío, porque así se evita el estallido de las células por osmosis.

Pican incluso muertas

Una de las características que hay que tener muy presente de las medusas es que pican incluso después de muertas. Llegan a la costa ya moribundas y allí mueren. Pero la muerte del animal no quiere decir que éste deje de ser peligroso.

Los sistemas de defensa siguen activos aún cuando los filamentos se hayan roto y separado de la umbela. Por eso poner redes como protección de los bañistas a un centenar de metros de la playa no es efectivo. Las redes destrozan a las medusas y los tentáculos, prácticamente invisibles, llegan a la orilla con todo su veneno.

Cremas preventivas

Un equipo de investigadores de Israel dio con la fórmula para evitar las picaduras de medusas. En realidad, cualquier protector solar defiende al usuario de las picaduras porque expande sobre la piel una película protectora sobre la que el tentáculo de la medusa resbala.

Pero estos científicos han dado un paso más. Buscaron a Nemo, el pez payaso de la película de Disney, y lo encontraron. Es decir, que lograron sintetizar las sustancias que inmunizan a estos peces de las picaduras de anémonas y medusas para crear un producto bastante fiable.La crema llega a

Un estudio de la Universidad californiana de Stanford ha confirmado la eficacia de la crema en un 85%, más todavía en el caso de las especies que hay en el Mediterráneo. No se ha probado con la Phisalia phisalis (carabela portuguesa), ni con la Chironex fleckeri, especies de las más peligrosas.El laboratorio Isdin, por otro lado, ha inventado un