El primer Barómetro Municipal de Opinión Ciudadana ha dado varios titulares, pero el principal en el terreno político ha sido el 5,7 (sobre 10) que otorgan los encuestados al Gobierno tripartito de izquierdas liderado por Joan Ribó.

Esta nota supone la primera toma del pulso por parte del Ejecutivo local a la opinión de los vecinos de València, sobre todo tras las polémicas surgidas a raíz de las decisiones del área de Movilidad. El propio sondeo pregunta también por estas cuestiones y, a tenor de los resultados, no parecen estar en el centro de las preocupaciones de los valencianos. El empleo, la falta de limpieza en las calles, la economía social (desahucios, pensiones...) y la corrupción, por este orden, encabezan el ranking de problemas, y solo después de todos ellos aparece el tráfico. Es ahí donde debe centrar su estrategia el Ayuntamiento, porque solo resolviendo los problemas diarios de los ciudadanos se logra el aprobado final.

Porque de la intención de voto reflejada en el Barómetro pocas conclusiones se pueden sacar. Al borde del ecuador de la legislatura, cuando todavía quedan dos años para los comicios locales y sin estar claros aún los candidatos a la Alcaldía, que Compromís y el PP estén casi empatados es irrelevante cuando casi uno de cada tres encuestados no sabe o no contesta a quién votará en 2019. Ribó aprueba, pero, para mantener y mejorar la nota, deberá centrarse en la gestión.