Tea Party, Libertad, Jobbik... el ascenso de la ultraderecha en la democracia occidental

  • El progreso de los ultraconservadores en las elecciones suecas confirma una tendencia presente cada vez en más países.
  • La crisis económica, de cuyo origen culpan a los partidos de izquierda, parece ser la principal impulsora del ascenso de estas formaciones.
  • El Tea Party rompe a los republicanos y podría frenar a Obama.
Geert Wilders, líder del partido antimusulmán y de extrema derecha holandés Libertad.
Geert Wilders, líder del partido antimusulmán y de extrema derecha holandés Libertad.
EFE
Geert Wilders, líder del partido antimusulmán y de extrema derecha holandés Libertad.

La ultraderecha continúa avanzando posiciones en las democracias occidentales. Suecia ha sido la última en unirse a una larga lista de países que han registrado un ascenso ultraconservador en sus últimos comicios. Con un 5,7% de los votos en las legislativas suecas de este domingo, los Demócratas de Suecia regresan al Parlamento del país escandinavo tras una ausencia de más de dos décadas y arrebatando con ello la mayoría absoluta a la Alianza de centroderecha del primer ministro Fredrik Reinfeldt.

La crisis económica, de cuyo origen culpan a los partidos de izquierda, parece ser la principal impulsora del ascenso de estas formaciones y del retroceso del socialismo. Guerra total a los impuestos, antiabortismo, Estado reducido a su mínima expresión y tolerancia cero con la inmigración son algunos de sus principales lemas.

La tendencia tiene en Holanda uno de sus mejores exponentes. Las ideas antimusulmanas del ultraderechista Geert Wilders gozan cada vez de más adeptos entre los ciudadanos de los Países Bajos, como pudo comprobarse en las elecciones del pasado mes de junio, donde el partido Libertad pasó de 9 a 24 escaños, lo que le permitió entrar en el Gobierno. El político holandés está actualmente siendo juzgado por incitar al odio y a la discriminación por realizar en 2008 una película en la que acusaba al Corán de incitar a la violencia y en la que mezclaba imágenes de atentados terroristas con citas del libro sagrado islámico.

Pero el fenómeno holandés no era nuevo. Meses antes, Hungría veía cómo el partido Jobbik, conocido por su retórica racista y antisemita, lograba el 16,7% de los votos, casi ocho veces más que en las legislativas del año 2006.

Un histórico de la ultraderecha europea, Jean-Marie Le Pen, expresaba su satisfacción por los resultados del Frente Nacional, formación que preside desde su fundación en 1972, en las elecciones regionales de marzo. Su hija Marine consiguió el 22,20 % de los votos en la región gala de Norte-Paso de Calais y cerca del 20% en Lenguadoc-Rosellón, reafirmando sus pretensiones a las presidenciales francesas de 2012. De nuevo, una fuerte política anti-inmigración y un rechazo a la pertenencia a organismos internacionales protagonizan su programa electoral. Este notable ascenso del FN se vio reflejado casi inmediatamente en un giro del presidente Sarkozy hacia posiciones más conservadoras, que se han materializado, por ejemplo, en la deportación de gitanos rumanos y búlgaros en situación irregular.

Los ultraconservadores fueron también considerados vencedores de las últimas elecciones austríacas, donde los dos principales partidos de esta ideología lograron acaparar casi el 30% de los votos. El Partido Liberal (FPÖ) del ultranacionalista Heinz-Christian Strache subió del 11% al 17,9%, mientras que la Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ) de Jörg Haider, que falleció poco después en un accidente de coche, se disparó del 4,11% de hace dos años al 11,9%.

En Italia, la Liga Norte -un polémico partido con posturas políticas abiertamente xenófobas y que cuenta con el respaldo de las zonas más industriales del norte del país- ha conseguido que la política de Silvio Berlusconi haya girado hacia la derecha tras constituirse como su socio de gobierno. El partido, liderado por Umberto Bossi, se vio reforzado en las elecciones regionales de marzo, donde obtuvo el respaldo de muchos italianos a iniciativas como la segregación de los alumnos inmigrantes.

Este triunfo de los partidos ultraderechistas no ha encontrado un avance equiparable en España, donde los últimos comicios autonómicos y locales confirmaron su carácter residual y su prácticamente nula relevancia en las instituciones. No obstante, la preocupación por la inmigración desde determinados sectores conservadores ha suscitado polémicas como la surgida con el reparto en Badalona de panfletos con el lema racista 'No queremos rumanos'. El PP de Cataluña pidió disculpas inmediatamente por ello y se desmarcó de las opiniones del presidente del PPC en Badalona, Xavier García Albiol, sobre la inmigración.

Al otro lado del Atlántico, en EE UU, el auge del Tea Party amenaza con resquebrajar el Partido Republicano después de su triunfo en las recientes elecciones primarias del partido. Surgido en febrero, se sitúa a la derecha de la derecha y aboga por un individualismo a ultranza en el marco de los valores más conservadores. No obstante, el progreso del Tea Party podría costarle muy caro a los republicanos en las elecciones legislativas de noviembre si los electores decidieran cambiar el sentido de su voto ante la radicalización del partido.

Puedes seguirme en Twitter: @amlarios

Mostrar comentarios

Códigos Descuento