El aeropuerto de Barajas es como una gran ciudad. Por sus 4.000 hectáreas de viales se mueven cada día unos 4.500 vehículos, en turnos continuos y manejados por 16.000 conductores. La fauna rodada es variopinta: bomberos, empresas de catering, 'jardineras' de viajeros, vehículos que llevan maletas, furgonetas de tripulación o los 'push-back' (los remolques de aviones).

El tráfico es ingente, exigente y con riesgos, ya que las aeronaves comparten tráfico con un sinfín de vehículos. Para regular mejor todo este tráfico, AENA, apoyada por la Guardia Civil, ha iniciado una campaña de controles sorpresa de velocidad y alcoholemia, una iniciativa pionera que si funciona bien se extenderá a otros aeropuertos de España.

Desde 1994, todos los conductores que trabajan en los aeropuertos españoles tienen un carné de 25 puntos, el PCP, muy similar pero independiente al carné por puntos que ya funciona en las carreteras españolas.

Resultados positivos

"Los resultados están siendo positivos, ya que los trabajadores conducen mejor de lo que creíamos", señala a 20 minutos Ana Navarrete, portavoz de AENA. Y es que la "velocidad inadecuada se había convertido en el factor determinante que provocaban la mayoría de los accidentes" en el aeropuerto, "casi todos leves", cuenta.

La velocidad máxima permitida en Barajas es de 30 km/h, que se eleva a 50 en los viales que unen los distintas terminales y en 80 en la circunvalación que rodea el aeropuerto. Hasta ahora se han realizado 19 controles de velocidad.

Para el límite generalizado de 30 km/h, sólo el 12% de los conductores infractores iba a más de 60 y otro 4% a más de 75 km/h. En cuanto a los controles de alcohol, ya se han realizado 27. De los casi 700 conductores vigilados, sólo el 1,19% ha dado positivo.

Pérdida del carné

Las infracciones de alcoholemia y velocidad no suponen perder puntos para estos conductores, pero sí acarrean la retirada del carné PCP entre tres y seis meses o definitivamente, lo que puede suponer para algunos conductores su despido. Si no tienen carné, no pueden conducir, y por tanto, no tiene sentido que sus empresas les mantengan el contrato.

Eso sí, las infracciones, ya sean leves o graves, no acarrean una multa económica. De los 16.000 conductores, actualmente sólo a 7 se les está tramitando un expediente muy grave, ya sea por dar positivo o ir a demasiada velocidad, lo que con toda seguridad les va a suponer la retirada de carné durante esos 6 meses o definitivamente. "Aún no hay sanción firme", explica Navarrete.