La tele y el calor le han dejado dormido en el sofá, porque Ahmed vive desde hace un año en una chabola de Zorrozaurre, y es mediodía y no tiene mucho que hacer. No hay trabajo ni brío a estas horas para grandes desempeños.

Está con un café en el estómago. Lo ha tomado temprano y gratis en los locales de Lagun Artean en Deusto, lugar filántropo donde también se ha dado una ducha. El lavado ha quedado parcialmente vacío de contenido, pues se ha puesto después una camiseta negra de una película norteamericana con senderos salados de sudor. Después, ha regresado a su chabola y vuelve a sudar.

«No uso dinero». Es verdad, no lo usa. Ahmed experimenta un riguroso déficit 0, consecuencia directa de sus 0 euros de ingresos y 0 euros de gastos. Por la mañana, como cada día, ha ido a las oficinas de Lan Ekintza en la calle Uribitarte. Allí ha buscado trabajo, sin frutos. Hace año y medio perdió su empleo de camarero «por el puto crisis».

Entonces tuvo que abandonar la habitación compartida donde vivía y arribó a una parcela de Zorrozaurre donde hoy viven siete inmigrantes en casuchas construidas con retales de obra. En esta península rodeada de ría viven un número indeterminado de inmigrantes, cobijados en pabellones abandonados y chabolas.

Ahmed llegó a España desde Marruecos hace 18 años. No recibe ayudas. «Hace falta estar empadronado en una casa, pero esto no cuenta como casa».

De vez en cuando van por ahí hijos autóctonos para hacer grafitis. Cuando hace frío, Ahmed y sus compañeros prenden fuego para calentarse. Se llevan bien; «somos amigos». Estos días echan partidillos de futbito en un campo cercano.

Un día apareció el dueño, que ese solar tiene dueño. Y metió a los siete moradores chaboleros en un juicio que  perdieron.

Ahmed cuenta que le echarán la próxima semana. Se irá antes de que llegue la Policía. «¿Mi plan? Encontrar trabajo y buscar una casa».

Pabellones y solares en ruinas

La península de Zorrozaurre, frente a Deusto, es hoy un espacio lleno de solares en ruinas, pabellones abandonados y calles desoladas. En estos lugares se refugian decenas de inmigrantes que llegan a Bilbao sin papeles ni dinero. Un plan del Ayuntamiento hará de Zorrozaurre un nuevo barrio en Bilbao, de arquitectura contemporánea, negocios y viviendas acomodadas. Ya han comenzado los derribos para posibilitarlo.

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