Además de los decepcionantes resultados de los equipos espanoles inmersos en Champions y en UEFA, unas controvertidas y temerarias declaraciones han marcado la semana futbolística en España. 

El autor de las mismas fue Vicente Boluda, presidente del Real Madrid, quien, ni corto ni perezoso, afirmó que el Real Madrid "iba a chorrear al Liverpool".  Aseguró, además, que el equipo de Juande ganaría 3-0 en la idea y 1-2 en la vuelta. El pronóstico no pudo ser más erróneo, ya que fueron los de Benítez los que se impusieron por 0-1.

Constatada y criticada la bravuconada, si al menos al flamante mandamás blanco le queda un consuelo es que no es el único que abre la boca precipitidamente. En el propio Real Madrid, mismamente, su predecesor, Ramón Calderón, dejó muchas perlas para el recuerdo.

Por ejemplo, prometió a Robben, a Cesc y Kaká si ganaba las elecciones. De momento, sólo el holandés defiende la camiseta madridista. Pero no fue su única salida de tono. Otra muy célebre fue, cuando su mandato agonizaba, que él no conocía a Nanín, uno de los implicados en el 'pucherazo' de la Asamblea. Curiosamente, cuando fue elegido presidente le dio las gracias efusivamente y en público. 

Pero el vigente campeón de Liga no es el único que ha brindado titulares para el recuerdo. Hay otros clubes que, quizá de una manera menos rotunda, han pecado de declaraciones arriesgadas.

El Atlético, por ejemplo, tuvo en Jesús Gil un presidente tan pasional como desmesurado en algunas intervenciones. Por ejemplo, cuando fichó al canario Jorge, vaticinó que sería el nuevo Juan Carlos Valerón. No puedo estar más desencaminado, porque nunca llegó a cuajar como futbolista atlético.

Koeman, Haug...

El Valencia tampoco se escapa de la quema. Ronald Koeman, infausto entrenador para los intereses che, apartó la temporada pasada a Angulo, Albelda y Cañizares y llegó a afirmar que eran una página del pasado. No contaba con que, sin él, quizá tuvieran futuro como valencianistas. Y así es, ya que los dos primeros disputan partidos este año con Unai Emery.

En el Barcelona, Joan Laporta pecó de optimista el año pasado, cuando declaró, en pleno ocaso del ciclo de Frank Rijkaard, que se imaginaba ganando la Liga y la Champions.  Real Madrid y Manchester United le arrebataron el sueño.

José María del Nido, presidente del Sevilla, también ha sacado pecho antes de la cuenta en ciertas ocasiones. Por ejemplo, a comienzos de 2008 afirmó que el Barça caería en octavos de final ante su equipo. Se dio de bruces con su pronóstico, ya que fueron los azulgrana los que se clasificaron.

En fútbol, este tipo de lindezas tienen más resonancia, pero últimamente la F1 está alcanzando grandes cotas de popularidad. Por ejemplo, Flavio Briatore, jefe de Renault, afirmó el año pasado que Hamilton no había aprendido y que se dejaría arrebatar el Mundial a manos de Massa. Pues bien, el inglés le tapó la boca y ganó el título.

Norbert Haug, máximo responsable de Mercedes, también tuvo su momento de dudosa gloria ante los micrófonos cuando afirmó tajantemente que Alonso cumpliría su contrato con McLaren, que le unía hasta 2009. El asturiano, como se ha comprobado, no estuvo por la labor.