Ni conciertos en el Teatro Real ni recepción oficial en Palacio. Los Príncipes de España celebrarán hoy su cuarto aniversario de bodas por la mañana cumpliendo con sus obligaciones en Gerona, donde participan en un seminario de biomedicina organizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en la ciudad de Gerona. Esta tarde disfrutarán de su tiempo libre para conmemorar sus cuatro años de matrimonio en la más estricta intimidad.

Los Príncipes de Asturias, que también ostentan el Principado de Girona, de viaje oficial en la provincia catalana, estuvieron anoche en S'Agaró para participar en la cena inaugural del seminario que tendrá lugar mañana y pasado.

Más de 500 personas se reunieron en el espigón del puerto de Palamós para dar una calurosa bienvenida a los Príncipes, que han saludado efusivamente a numerosas personas, muchos de ellos niños.

Por otro lado, unos 40 miembros de la JERC -rama juvenil de Esquerra Republicana- se manifestaron sin ocasionar incidentes con una pancarta con el lema"los/las catalanes/as no tenemos rey" y corearon consignas a la favor de la independencia de Cataluña.

Hoy, 22 de mayo, se cumplen cuatro años desde que Letizia y el Príncipe Felipe contrajeran matrimonio en La Almudena en una lluviosa mañana de mayo. "Novia mojada, novia afortunada", reza el refrán, y a juzgar por los relámpagos, rayos y truenos que cayeron sobre Madrid, Letizia puede tener el matrimonio más feliz del mundo.

Vestida con un vestido de Pertegaz, la ex presentadora del Telediario, a quien el Príncipe conoció en el año 2002 en casa de Pedro Erquicia, estaba deslumbrante. No hubo lágrimas en la ceremonia, oficiada por el arzobispo de Madrid. Tampoco hubo beso en los labios en el balcón del Palacio Real, tan sólo uno casto en la mejilla. Letizia, tan expresiva y espontánea, mostró una emoción contenida. Los novios apenas intercambiaron palabra, conscientes de que las televisiones suelen contratar a sordomudos para interpretar los suspiros nupciales principescos, como ya ocurrió en la boda de la infanta Elena.

Desde entonces han pasado muchas cosas en la vida de la princesa de Asturias: Ha tenido dos hijas, ha perdido a una hermana en trágicas circunstancias, ha aprendido a cazar, a esquiar, a callar y también a andar, como manda el protocolo, por detrás de su consorte, un hombre profundamente enamorado de su esposa. El Príncipe ha sido su mejor apoyo en el difícil camino que han emprendido.

Una mujer muy preparada para un hombre enamorado

Letizia se ha adaptado. Como en la canción de Alfonso XII, Letizia era una consorte preparada que no sólo sabía leer escribir y la tabla de dividir. Universitaria y viajera, posee una intensa cultura literaria. No en vano su primer amor y con quien contrajo matrimonio en primeras nupcias era su profesor de literatura.

Contra todo pronóstico, la Reina Sofía, la mujer que según las malas lenguas desbarató los planes de futuro del Príncipe y Eva Sannum, apoyó a muerte a Letizia. Comprensiva y cariñosa ha sabido estar a su lado en todo momento, incluso en las circunstancias más difíciles, como en la muerte de Erika Ortiz.

El diario destruido

Algo más distantes, dicen las malas lenguas, son las relaciones de Letizia con sus cuñadas, como ocurre en las mejores familias. No habrá constancia para la historia de cuales han sido los sentimientos de Letizia durante sus primeros años como princesa. Según ha trascendido, el príncipe la convenció para que destruyera su diario y así evitar que pudiera caer en manos inapropiadas. Una lástima para las generaciones venideras. Observar la monarquía desde el privilegiado puesto de una plebeya destinada a convertirse en Reina y que además, escribe bien hubiera dado mucho juego a los historiadores.