Un tercio de las líneas de autobús urbano de Zaragoza se atascan a diario y tienen que echar mano de viajes de vacío para intenter corregir las frecuencias rotas, que en muchos casos provocan esperas de hasta veinte minutos. Un estudio realizado en marzo por los propios conductores bajo la supervisión del CUT, al que ha tenido acceso 20 minutos, confirma que una decena de las 32 líneas de bus (exceptuando las lanzaderas) se ven obligadas a recurir a diario a entre 8 y 22 trayectos de vacío (según la línea) para compensar los retrasos. En total, el informe constata que Tuzsa manda al menos 200 viajes de vacío cada día laborable. Las líneas 42, con 22 viajes de vacío de media al día; la 35; 14 viajes vacíos, y la 33, con 12, son las más complicadas y las que con mayor frecuencia rompen sus tiempos de recorrido. Del resto de líneas, las que peor están son la 22, 23, 24, 30, 32, 38 y 40, que cada jornada recurren a entre 8 y 11 autobuses de vacío.

Las obras, la densidad del tráfico y la escasez de vehículos son, junto con las exigencias en los tiempos de recorrido, las principales causas que explican las demoras, según los conductores.

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