Los antecedentes penales de Devin Patrick Kelley, el individuo que el pasado domingo acabó con la vida de 26 personas en una iglesia baptista de un pueblo de Texas, deberían haberle impedido comprar legalmente armas, incluyendo la que usó para perpetrar la masacre. Sin embargo, la Fuerza Aérea de EE UU admitió este lunes que no había registrado convenientemente su historial criminal (por violencia doméstica) en la correspondiente base federal de dato, lo que pudo permitir a Kelley adquirir el rifle con el que irrumpió en el templo de Sutherland Springs.

Kelley compró el arma, un rifle Ruger AR-556, en abril de 2016, en una tienda de Sports Sports & Outdoors en la ciudad texana de San Antonio. Al completar la documentación de antecedentes para poder adquirirla, el joven (tenía 26 años cuando cometió la matanza) marcó una casilla en la que indicaba que no tenía un historial criminal descalificante, y djo que vivía en Colorado Springs cuando se le indicó que rellenara un formulario con su dirección.

De acuerdo con la ley federal de Estados Unidos, la condena impuesta a Kelley en el pasado por violencia doméstica contra su esposa y su hijastro, un niño de corta edad al que rompió el cráneo, debería haberle impedido poder comprar de forma legal tanto el rifle de tipo militar con el que llevó a cabo el tiroteo como otras armas que había adquirido en los últimos cuatro años, según informa The New York Times.

Según detalló este lunes en un comunciado la portavoz de la Fuerza Aérea Ann Stefanek, Kelley fue miembro de este estamento militar entre 2010 y 2014. El autor de la matanza había sido sometido a una corte marcial en 2012 por dos cargos de agresión contra su mujer y uno contra su hijo, precisó la portavoz, por lo que fue condenado a su expulsión por mala conducta y a doce meses de confinamiento.

Sin embargo, la Fuerza Aérea señaló que esta información no fue incluida en la base de datos federal conocida como Centro Nacional de Información Criminal (NCIC). "La Fuerza Aérea ha iniciado una revisión sobre la gestión del historial criminal de Kelley tras su condena en 2012 por violencia doméstica", recalcó Stefanek.

Según las investigaciones policiales, el asesino, que perpetró la masacre vestido con un chaleco antibalas, mató a dos personas fuera de la parroquia y a 23 dentro del recinto, y un niño murió víctima de las heridas en un centro médico local poco después del ataque. Acabó suicidándose de un tiro en la cabeza, después de recibir dos impactos de bala disparados por un vecino que le había perseguido por carretera cuando intentaba huir.