El 'número dos' del PP en el Ayuntamiento de Madrid pide al partido más democracia interna

El 'número dos' del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna.
El 'número dos' del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna.
EUROPA PRESS
El 'número dos' del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna.

El número dos del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna, critica que el congreso nacional del partido de febrero vaya a elegir al presidente popular a través de compromisarios y no dando el voto a todos los militantes, y exige más democracia interna para recuperar la ilusión de las bases.

Henríquez de Luna vuelve a reivindicar este sistema de elección en un artículo publicado en El Mundo. El portavoz adjunto del PP en el Consistorio de la capital ya defendió la elección del líder del partido por primarias en los dos anteriores congresos, el de Valencia de 2008 y el de Sevilla de 2012.

El concejal critica que sólo 3.128 compromisarios, frente a los 900.000 afiliados que tiene el PP, vayan a elegir al presidente, y se pregunta "¿a quién se quiere engañar cuando se dice que la elección por compromisarios es tan democrática como la elección directa por los afiliados?".

Henríquez de Luna añade que los compromisarios generalmente son los alcaldes, diputados locales o presidentes de las sedes, de manera que los militantes de a pie no tienen "la capacidad siquiera de aspirar a ser compromisarios".

"No es lo mismo lo que puede pensar o votar un dirigente que vive de la política, o que aspira a ello, que un afiliado sin otras pretensiones que defender las ideas y principios por los que se afilió o lograr lo mejor para su partido", agrega.

Poder elegir al nuevo presidente del partido con el máximo número de participantes contribuiría a elegir a un candidato "con más posibilidades de ganar unas elecciones, a otorgarle una mayor legitimidad, a conferirle una mayor difusión pública, a involucrar a los militantes en la vida del partido y, todavía más importante, a atenuar la partitocracia en la que ha terminado desembocando el régimen del 1978".

"No nos hagamos trampas en el solitario y leamos bien el resultado del PP en las pasadas elecciones de mayo. Porque mucha gente nos votó no desde la ilusión y el convencimiento, sino como mal menor y desde el miedo al frente popular que se avecinaba. Si el PP de verdad aspira a recuperar la ilusión de sus afiliados y de sus votantes es ineludible y urgente que cambie, que se convierta en un partido moderno, abierto y plenamente democrático, que no asambleario", defiende.

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