La huelga contra el exceso de deberes escolares que ha sido convocada para los fines de semana de noviembre por la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) arranca este sábado con algunos detractores, sobre todo en el personal docente.

Desde CEAPA siempre ha mantenido que esta ‘rebelión’, que llevará a muchos de sus hijos a no entregar los deberes los lunes de noviembre, no debe convertirse en una guerra paralela con el profesorado. No obstante se desprende cierto malestar ante las posiciones contrarias. "Parece mentira que queramos recuperar el tiempo con nuestros hijos y algunos líderes sindicales se permitan la licencia de decir que no puede ser consentido", asegura José Luis Pazos, presidente de Ceapa.

Estas posiciones contrarias vienen de sindicatos como Comisiones Obreras (CC OO). "Esta huelga se traduce en un debate público en el que la voz de la familia le dice al profesor lo que tiene que hacer", explica Isabel Galvín, de la secretaria general de la Federación de Enseñanza de CCOO de Madrid.

"Estamos en contra de la huelga y de resolver este problema con una confrontación. Nos parece inadecuada la forma, el enfoque... Hay que abrir el debate, analizar el sistema educativo y qué cuestiones llevan al  exceso de deberes", manifiesta Galvín.

"El currículum, los recortes, la falta de personal, así como la falta para tiempo para atender al alumnado", son los principales problemas que identifica Galvín.

Esta posición también es compartida por otras organizaciones sindicales como CSIF, ANPE y UGT.

Desde la Escuelas Católicas de Madrid también se posicionan contra la huelga. "No me parece que sea la manera adecuada de plantear el debate. Quizá sea bueno revisar el sentido de los deberes. Aquí no hay recetas universales. Hay que dintinguir etapas, contexto, edad...", señala José Antonio Poveda, secretario regional en Madrid de las Escuelas Católicas. "No se debe usar como debate política", subraya.

Precisamente fue el diálogo con los padres lo que llevó al profesor de primaria Diego Ruiz, ahora en el CEIP Mosaico, en Santiponce (Sevilla), a reducir los deberes tras las quejas de sus progenitores. "El diálogo con los padres de los alumnos es imprescindible. Ellos mismos me decían que mandaba demasiados deberes. Y los fui reduciendo". En cuanto a la huelga, Ruiz asegura que "empatiza con los padres, es bueno si nos hace reflexionar y todos nos ponemos un poco en el papel del otro. El debate ya está sobre la mesa".

En el centro escolar en el que ahora trabaja Diego Ruiz forma parte de los colegios públicos que están implantando nuevos métodos de aprendizaje y apenas se mandan deberes. Eso sí, este profesor sevillano recuerda la importancia del refuerzo de los conocimientos fuera del aula a través de actividades como la lectura. De acuerdo a Ceapa, en España ya hay entre un 4 y 5% de colegios públicos que se basan en un modelo educativo sin tareas.

El profesor de secundaria Alejandro Gallardo considera que la huelga de deberes es "excesiva", pero respeta "todas las opiniones". Este docente de matemáticas del Colegio Católico Rafael Ybarra de Madrid asegura que lleva 10 años dando clases y ha "intentado siempre enviar poca tarea". "No envío tareas repetitivas, sino para reforzar y mejorar. Y no es por presión, lo hago por convincción propia. Nos hemos dado cuenta-refiriéndose a su centro- que las familias han cambiado y los profesores también tenemos que cambiar a las nuevas maneras de aprender y el método con el que trabajamos en las clases".

"Pero a veces el currículum escolar nos marca un rtimo muy alto y nos vemos obligados a que los alumnos trabaja más en casa. Y por ley lo tenemos que cumplir", concluye Gallardo.

La llamada huelga de deberes forma parte de la campaña 'En la escuela falta una asignatura: Mi tiempo libre', presentada por Ceapa el pasado mes de septiembre.

Paralelamente a la 'huelga', la organización de padres ha propuesto una serie de actividades para los fines de semana de noviembre que tiene como objetivo recuperar el tiempo en familia: charlar de un tema de actualidad, preparar una cena conjunta, visitar un museo, escribir una tarjeta a los abuelos o practicar un deporte.

También sugiere visitar un lugar nuevo en la ciudad, ordenar la casa todos juntos, hablar de derechos y obligaciones, visitar a algún familiar, abordar cuestiones que preocupan, tomar una decisión familiar, conversar sobre la tolerancia, organizar un juego colectivo, navegar juntos en Internet, ver una película o preparar una receta de cocina, entre otras ideas.