Si el turismo español estuviera compitiendo en récord de llegadas de visitantes internacionales, hoy podría colgarse la medalla de oro en unos Juegos Europeos. España rebasó, por primera vez en su historia, los 42 millones de turistas extranjeros hasta el mes de julio –un 11% más respecto al mismo periodo de 2015– y las previsiones apuntan a superar la barrera de los 70 millones de turistas internacionales a finales de 2016.

Sólo en julio –último mes del que se tienen datos de la Estadística de Movimientos Turísticos en Fronteras FRONTUR que realiza el INE– nuestro país acogió a 9,6 millones de visitantes extranjeros, un 9,3% más que en el mismo mes de 2015.

Si bien todos los expertos del sector alertan del "peligro" de basar nuestro crecimiento turístico "sólo en las llegadas", lo cierto es que mientras nuestros competidores directos en el Mediterráneo Oriental y algunos vecinos europeos pierden fuelle por problemas de inseguridad (Turquía, Túnez, Egipto, Francia, Bélgica, Alemania...), España encadena trimestres de crecimiento y espera ya batir tódos los récords de llegadas cuando termine este año.

Los europeos siguen siendo nuestros principales visitantes verano tras verano. En primera posición están los británicos, que ocupan un 23% del total de las llegadas internacionales –un 11,4% más que en julio de 2015–. Más de dos millones de turistas procedentes del Reino Unido llegaron a nuestro país en el séptimo mes del año.

Les siguen los franceses con un millón y medio de turistas (un 13% más que en julio de 2015), los alemanes con 1,2 millones (un 3,5% más) y los procedentes de los países nórdicos (Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suecia) que en julio fueron más de 600.000, un 7% del total de las llegadas y un 14% más que el mismo mes del año anterior.

Es destacable que en julio crecieron un 20% las llegadas de turistas procedentes de Portugal y América (sin contar los estadounidenses), un 11% las de turistas irlandeses y un 16% las de visitantes procedentes del resto del mundo.

En el acumulado anual hasta julio, el INE indica que también son los británicos, alemanes y franceses los que más llegan a nuestras fronteras en busca del buen tiempo que no disfrutan en sus países de origen, especialmente en los meses más fríos.

Las Comunidades Autónomas de costa son el destino preferido de nuestros turistas internacionales. Cataluña concentró una cuarta parte de las llegadas al país en julio (25,3% del total), y recibió sobre todo franceses y británicos. Le siguen las Islas Baleares (24,7%) que han aumentado sus visitas un 11,3% en julio con respecto al año pasado. A estas islas mediterráneas llegan ante todo británicos y alemanes.

En tercer lugar está Andalucía (12,7%), con un crecimiento anual en turistas extranjeros que rozó en julio el 11%; principalmente recibió británicos y franceses. En el resto de las CCAA en julio, las visitas de turistas subieron un 21% en Canarias, un 16% en Madrid y un 13,4% en la Comunidad Valenciana.

Ahora bien, en el acumulado del año (hasta julio), concentran las llegadas extranjeras Cataluña (diez millones de turistas) y los archipiélagos: Canarias recibió 7,5 millones y Baleares 7,3 millones, creciendo un 13,2 y un 12,7%, respectivamente, comparado con los siete primeros meses del año 2015.

La mayoría de los turistas internacionales llegan a España por avión: siete millones de los nueve que recibimos en julio. La cifra crece un 11,7% con respecto al año anterior.

En cuanto a sus motivos para elegir España, la mayoría (8,6 millones) viene buscando ocio, recreo y vacaciones, lo cual explica la concentración en las costas, exprimiendo cada año más el turismo de 'sol y playa' que siempre ha caracterizado a España como destino turístico mediterráneo. Casi 300.000 extranjeros llegan por negocios o motivos profesionales y medio millón por otros motivos.

Uno de los aspectos que más preocupa al sector es que, pese al aumento de las llegadas, España se sigue manteniendo como una suerte de destino europeo low cost. Nuestro país recibe muchos turistas, pero éstos no gastan lo deseable. Este es por tanto uno de los principales retos del turismo nacional: mantener (o incluso reducir) la tasa de llegadas, pero aumentar el gasto para elevar el ingreso.

Las últimas cifras del INE ponen de manifiesto cómo en julio los extranjeros redujeron la duración de las estancias –8,3 días, lo que supone un descenso de 0,6 días respecto a la media de julio del año pasado– y también el gasto medio por turista: se situó en 1.072 euros, un descenso anual del 2,1%.

Británicos (un 13% más que en julio de 2015), alemanes y franceses (19% más) fueron los turistas que más gastaron en España, seguidos de los nórdicos, que gastaron un 15% más. Por su parte, los turistas italianos fueron más austeros este julio con respecto al anterior y redujeron su gasto en un 2,1%.