El punk celebra 40 años y llega a los museos como detonante de la gran estafa artística

  • El rabioso movimiento nihilista rebrota en el arte contemporáneo en el uso del ruido, la tipografía de recortes, el antidiseño, el feísmo...
  • Una exposición en el MACBA de Barcelona se presenta como un 'ejercicio prospectivo que busca los rastros del punk en los artistas actuales'.
  • Los rastros del punk —negación, destrucción, 'hazlo tú mismo' y crítica a una sociedad alienante— inspiran a las generaciones más recientes de artistas.
  • Línea de tiempo: del dadaísmo a Pussy Riot.
  • Catálogo en línea: 'Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo'.
Hans-Peter Feldmann ironiza con ánimo punk sobre la Reina Isabel colocando una nariz de payaso a su rostro en un billete de cinco libras
Hans-Peter Feldmann ironiza con ánimo punk sobre la Reina Isabel colocando una nariz de payaso a su rostro en un billete de cinco libras
Cortesía de ProjecteSD, Barcelona
Hans-Peter Feldmann ironiza con ánimo punk sobre la Reina Isabel colocando una nariz de payaso a su rostro en un billete de cinco libras

Lo último que dijo sobre un escenario Johnny Rotten, entonces cantante de la banda Sex Pistols, antes de que el grupo se desmembrase tras una corta pero belicosa carrera fue: "¿Nunca os habéis sentido estafados?". En sólo dos años y medio el grupo punk sembró locura, excesos, escándalos y rebeldía ácrata, tanto en lo musical como, sobre todo, en lo social. Una exposición quiere explicar cómo el rabioso movimiento nihilista rebrota con fuerza en el arte contemporáneo como detonante del arte entendido como un fraude.

Punk. Sus rastros en el arte contemporáneo, que programa el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA) hasta el 22 de septiembre, está basada en la hipótesis de que los "rastros del punk" —negación, destrucción, hazlo tú mismo y crítica a una sociedad alienante— inspiran a las generaciones más recientes de artistas de una manera palpable. Como ejemplos los organizadores citan "el uso del ruido, la tipografía de recortes, el antidiseño, el feísmo...".

'Negatividad y violencia'

Aunque no es la primera vez que la tesis sirve de entramado a una muestra de arte —en 2014 la antología Pretty Vacant: The Graphic Language of Punk(Bastante vacío: el lenguaje gráfico del punk) mostró como "la celebración volátil y ambigua de la negatividad y la violencia" del movimiento musical condujo a los diseñadores a romper unas cuantas normas—.

Esta vez hay un doble juego: además de la exhicición de obras de más de setenta firmas, desde precursores como Chris Burden, el performer que se dejó disparar un tiro con munición real en un happening y luego se crucificó con clavos a la carr0cería de un coche, hasta primeras figuras del arte-escándalo como Tracey Emin, la muestra coincide con el 40º cumpleaños del punk.

El cuerpo como 'lugar de batalla'

Las obras de la exposición, independientemente de su tipología, están realizadas bajo los mismos referentes. En muchos casos el punk aparece explícitamente pero también se muestra el rastro del estilo como actitud de enfrentamiento a la alienación social y los "estados psicóticos" que provoca, la "valorización de lo que se sale de la norma", la reivindicación de la libertad sexual y la consideración del cuerpo "como lugar de batalla".

Los coordinadores de la exposición no ocultan la deuda que tienen con el analista estadounidense Greil Marcus, que esbozó en 1989, en el ensayo Rastros de carmín, la "primera genealogía del punk", mediante una "historia secreta" que recorre el siglo XX trazando los nexos entre todos los antecedentes del movimiento.

Dadaísmo, situacionismo, letrismo...

Marcus estable que la abrasiva ideología del punk es un capítulo más de las vanguardias europeas y se remonta a los postulados del dadaísmo sobre la infinita grosería de la vida y el situacionismo de la sociedad entendida como espectáculo, pasando por los letristas de Alexander Trocchi y los estudiantes revolucionarios de mayo de 1968 que insistieron en que reclamar lo imposible debería ser un derecho.

La exposición toma como referencia el influyente ensayo de Marcus y hace el mismo recorrido pero a la inversa, en un "ejercicio prospectivo que busca los rastros del punk en los artistas actuales". Se expone, por ejemplo, serigrafías de la serie Action Pants, Genital Panic (Pantalones en acción, pánico genital), firmada como manifiesto radical de autoafirmación en 1979 por la austriaca Valie Export.

Incitadores y activistas

Están presentes auténticos incitadores y activistas como el excesivo y disoluto Martin Kippenberger, el dibujante grunge Raymond Pettibon, el cronista pictórico del malestar Mike Kelley y el siempre incorrecto y grosero Paul McCarthy. Este cuarteto de revoltosos creadores arriesgan antes que nada su propia condición canónica de artistas, considerando que todo arte debe ser amateur y negándose al sometimiento a las leyes del mercado.

Entre los trabajos que consideran el punk como una referencia directa destacan el inglés Gavin Turk —como Emin, parte de los Jóvenes Artistas Británicos nacidos a la sombra de la revuelta punk de 1976—, el neoescultor español Jordi Colomer; la investigadora de nuevos lenguajes Tere Recarens; el primitivista estadounidense Jimmie Durham, y Pepo Salazar, que presenta esculturas que promueven las acciones vandálicas menores.

La irreverencia viene de la mano del ilustrador alemán Hans-Peter Feldmann y su 5 Pound Bill with Red Nose (Billete de 5 pounds con nariz roja, 2012), donde la Reina Isabel luce la adenda de un órgano nasal de payaso de circo en una nota bancaria, mientras que artistas como Jean -Michel Basquiat, con el potente acrílico Beast (Bestia, 1983), apusetan por acercarse a otra disciplina casi paralela al punk, el grafiti.

Rómpelo en tiras

Para predicar con el ejemplo —el punk como fuente inspiradora e incendiaria basada en la acción sin intermediarios, el DIY (siglas inglesas de do it yourself, hazlo tú mismo) y el el rip-it-to-shreds (textualmente, rómpelo en tiras)—, los organizadores han invitado a activistas culturales y artistas a colgar en la web del MACBA varias listas de reproducción con música rebelde e inconformista de la época de la que ahora se celebra el 40º aniversario.

No parece importar demasiado que el punk fuese robado por el agente de los Sex Pistols, Malcolm McLaren, de un fanzine neoyorquino de principios de 1976, de la época en que la metrópoli estadounidense era un hervidero de artistas radicales y con ganas de molestar.

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