Francisco Granados vuelve. Tras un año y medio encarcelado por su posible implicación en la Operación Púnica, el que fuera hombre de confianza de Esperanza Aguirre se declaró este viernes "taxativamente inocente", al tiempo que afeó al PP su falta de respaldo.

El ex secretario general de los populares de Madrid fue interrogado este viernes a través de videoconferencia por los miembros de la comisión anticorrupción impulsada por Ciudadanos en el parlamento autonómico. Aunque el objeto de la comparecencia era investigar el supuesto espionaje a miembros del PP pagado con fondos públicos de la Consejería de Interior, que él dirigió, Granados aprovechó la ocasión para hacer un alegato en su favor.

"Soy taxativamente inocente. Jamás he metido la mano en la caja y he dado lo mejor de mí mismo por esta comunidad y por este partido. Fui detenido en la puerta del colegio de mi hija. Llevo año y medio sin saber de qué hechos concretos se me acusa", proclamó antes de atacar a los miembros de su partido. "Si fuera del PSOE mis compañeros defenderían mi derecho a la presunción de inocencia. Los del PP, pensando en que eso les va a dar votos, dan hasta más que la oposición", protestó.

Granados se enfrentó con la presidenta de la comisión, Dolores Pastor (Ciudadanos), y con los diputados César Zafra (Ciudadanos), Miguel Ongil (Podemos) y Encarnación Moya (PSOE), que se vieron en dificultades para conseguir que el compareciente se ciñese a las preguntas. Cuando lo consiguieron, Granados repitió que nunca vio espionaje alguno desde el departamento que dirigió entre 2008 y 2011: "No he observado que nadie haya espiado a nadie en la Comunidad de Madrid desde que yo he estado".

El reo repitió, como hizo en la comisión de investigación celebrada en 2009, que el supuesto grupo de espías era un servicio de "contravigilancias y escolta". Aunque este formaba parte de la Dirección General de Seguridad de su consejería, Granados negó haber dado órdenes a sus componentes -en contra de lo que estos declararon en sede parlamentaria- y atribuyó su creación a los deseos del entonces vicepresidente regional, Ignacio González: "Si lo que me pregunta es si ese operativo de se montó a petición del señor González, la respuesta es sí".

La contratación del considerado como jefe de los espías, el ex director general Sergio Gamón, tampoco fue su responsabilidad. Su designación fue propuesta, de acuerdo a su versión, por Esperanza Aguirre: "Evidentemente, como todos los altos cargos".

Francisco Granados coincidió en este punto con Alfredo Prada, su antecesor en el cargo, supuesta víctima del espionaje y que compareció inmediatamente antes que él en la Asamblea de Madrid. Aunque dijo no recordarlo en un primer momento, Prada corroboró sus declaraciones anteriores, en las que afirmó que Sergio Gamón venía recomendado por gente "del partido" y avalado por Esperanza Aguirre.

Yolanda Laviana, exmujer de Gamón y convertida en testigo del caso tras asegurar que su expareja espió a Prada desde 2006 por orden de Ignacio González, también acudió a la Asamblea este viernes, pero se negó a declarar por "miedo". "Viví un horror. Este asunto ha destrozado mi vida. Si tengo que volver a Plaza de Castilla declararé con miedo. Lo sigo teniendo. He pasado una oleada de vicisitudes, un horror que me perjudica hasta el día de hoy", justificó. Laviana, que ocupaba el puesto de secretaria del presidente de Telemadrid, fue despedida tras contar al diario El País las revelaciones sobre su marido.

La juez Carmen Valcarce ha archivado tres veces las pesquisas en los últimos seis años, pero la Audiencia Provincial de Madrid le ha obligado a reiniciarlas en otras tantas ocasiones -la última, en junio de 2015- para realizar las pruebas necesarias.