Los parquímetros del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) de la capital amanecieron este viernes con carteles amarillos de aviso a los usuarios donde se alerta de que no se puede estacionar por "alta contaminación", respondiendo así al escenario 2 del protocolo de medidas por contaminación, que prohíbe aparcar en la almendra central en estas zonas, a excepción de los residentes.

El resultado: menos tráfico y mayor uso del transporte público. La gente se ha concienciado, aunque a algunos también les ha pillado por sorpresa la medida, tomada a última hora de la noche del jueves. No ha parecido un viernes laborable en Madrid, más bien un domingo. Las calles del centro de la ciudad amanecían sin atascos, con más taxis, una circulación regulada y con aparcamientos libres en la vía pública. En concreto, el número de vehículos aparcados en el centro de Madrid se ha reducido este viernes un 80% por las restricciones.

Del mismo modo, los párkings de pago han lucido carteles luminosos en verde con el mensaje de "libre". Esta situación sorprende al personal de servicio del estacionamiento que ha expresado su asombro porque "otros viernes a estas horas el párking está completo", como comentaba uno de los que vigilan la entrada y salida de vehículos.

Por otro lado, los mayores beneficiados de prohibir aparcar en el interior de la M-30 han sido los residentes —sobre todo discapacitados— y transportistas. Más huecos libres en las calles y menos rodeos para aparcar. "Nosotros estamos contentos: hay más sitio que cualquier viernes y tengo que dar menos vueltas", afirmaba un transportista del centro de la ciudad a 20minutos.

Hay ciudadanos que han logrado bajar en "media hora" su trayecto, aunque los taxistas preguntados por Efe han asegurado que "en hora punta" "todo ha sido igual" que cualquier otro día.

En las zonas acotadas, los agentes encargados del SER han realizado su trabajo y han recordado que si se incumplen "las restricciones establecidas por alta contaminación", la multa asciende hasta los 90 euros.

Por su parte, el Ayuntamiento ha recomendado el uso del transporte público y como consecuencia de ello, el servicio de la EMT se colapsa. Líneas de metro y autobuses abarrotadas de gente y, sin embargo, la frecuencia no ha variado.

La nueva medida ha llevado al Ayuntamiento de Madrid a incrementar los servicios de autobús y los paneles y mensajes informativos a los ciudadanos, y ha logrado un descenso de la intensidad del tráfico de alrededor de un 6 % en la M-30 a partir de las 10.00 horas y de entre un 5 y un 10 % a partir de las 11 horas.

Las quejas de los ciudadanos por el retraso se han hecho notar a través de las redes sociales. "Es una vergüenza es que la Comunidad no incremente el servicio de Metro" o "de esta manera paso mas tiempo en la Renfe, el metro y el bus que en casa", son algunos de los mensajes publicados.

Desde el RACE se ha criticado la falta de información sobre la medida, "que ha impedido que los conductores planifiquen su jornada o busquen planes alternativos", ha afirmado su portavoz Antonio Lucas. Desde Automovilistas Europeos Asociados critican la medida y apuntan a una renovación del parque móvil, como solución estructural a la contaminación de los vehículos.

También ha elevado la voz la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que ha criticado la "precipitación" del Ayuntamiento en sus medidas y el "caos absoluto" con el que las ha adoptado, además de la falta de diálogo con otras administraciones.

Ese ha sido precisamente la crítica de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha reprochado al Gobierno de la ciudad su falta de previsión para informar a los ciudadanos y recabar la opinión del resto de las administraciones sobre restricciones al tráfico que afectan a todos.

Ante las críticas, y tras reconocer que pudo haberse equivocado al comunicar los datos de los que anoche disponía, Carmena ha asegurado que responsables municipales se han reunido "con todas las autoridades" involucradas con este asunto, tanto del Estado como de la Comunidad.

"No nos gusta polemizar en ese sentido, lo importante es aunar", ha señalado la alcaldesa de Madrid.

Más allá del debate político, lo que parece claro es que el anticiclón que se mantiene sobre Madrid no facilitará las cosas: temperaturas altas y ausencia de precipitaciones y de viento son el escenario meteorológico que predominará en Madrid hasta el viernes o el sábado de la próxima semana, lo que no favorecerá un descenso de la contaminación que ha obligado a imponer restricciones circulatorias.

También existen excepciones a la imposición. Según han informado fuentes municipales, en las zonas de los hospitales dentro de la almendra central, los 1.100 agentes del SER tienen la orden de "ser sensibles al uso en las zonas" y aseguran que "en ningún caso a pacientes y/o acompañantes se les prohibirá aparcar".

Además, el Ayuntamiento de la capital pide a las personas mayores que se abstengan de hacer ejercicios al aire libre.

Este escenario se produce después de que durante toda la jornada del jueves se limitara la velocidad de 90 a 70 kilómetros por hora en toda la M-30 y en los accesos a la capital dentro del anillo de la M-40.