El segundo y último día de la huelga convocada por los controladores franceses provocó de nuevo este jueves retrasos en los vuelos y anulaciones de trayectos que afectaron al conjunto del espacio aéreo europeo.

La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) pidió el miércoles a las aerolíneas la suspensión del 50% de los vuelos programados en previsión del paro de los controladores y de las perturbaciones esperadas en el conjunto del territorio.

El impacto de la protesta se acentuó al coincidir con la huelga programada por los cuatro principales sindicatos del país en contra de las reformas de austeridad propuestas por el Gobierno francés.

En los dos principales aeropuertos del país, los parisienses de Roissy-Charles de Gaulle y Orly, se registraron retrasos de cerca de media hora, además de las anulaciones anunciadas, pero la demora se elevó hasta los 80 minutos en otros como el de Brest.

Al igual que en la jornada del miércoles, la huelga repercutió de forma significativa en otros aeropuertos europeos, como los británicos de Londres Stansted, Birmingham, Londres Luton, Londresa Gatwick, Leeds Bradford, East Midlands y el de Dublín, en la República de Irlanda.

La aerolínea irlandesa de bajo coste Ryanair informó de que canceló 250 vuelos programados, la misma cantidad que el miércoles, mientras que la británica EasyJet decidió suspender hasta 194 trayectos, si bien esa cifra podría aumentar, tal y como lo hizo el miércolesr, cuando pasó de las 118 cancelaciones calculadas a las 198.

La segunda jornada de huelga obligó además a cancelar al menos 73 vuelos entre España y Francia de los 224 programados, mientras que en Fráncfort, el principal aeropuerto alemán, se suprimieron unos 30 de los 1.310 previstos, tanto en vuelos con destino a Francia, como en conexiones aéreas a otros países que hacían escala allí.

En Portugal, según los datos de la gestora aeroportuaria lusa ANA, no salió al menos medio centenar de vuelos, y en Bruselas y Holanda el tráfico aéreo también percibió las consecuencias.

En el aeropuerto internacional de Zaventem (Bruselas), por ejemplo, se cancelaron los vuelos con destino a Francia, uno a Venecia y otro a Barcelona, y en el holandés de Schiphol los dirigidos a Nantes, Niza, Lyon, Toulouse y Burdeos, así como a Basilea, Ginebra, Barcelona, Florencia y Bolonia.

Los controladores franceses solicitan la apertura inmediata de negociaciones sobre la organización de su trabajo, los despidos y la jubilación, y critican que los poderes públicos limiten su propuesta a definir las condiciones de su futura reunión.

Los pasajeros afectados protestaban en los aeropuertos de París ante las inconveniencias, aunque algunos se lo tomaban con filosofía. "Nos han atendido bien. Nos pagaban aquí el hotel hasta el vuelo siguiente, que es el sábado. Al final hemos encontrado un vuelo esta tarde en Orly, así que nos cruzaremos París desde Roissy. (...) No me quejo dentro de lo que cabe", dijo el valenciano Josep Mascarell.

Hubo en cambio quien tuvo menos suerte, como las hermanas Marta y Carla Rodríguez, también españolas, y cuyo deambular por el aeropuerto en busca de respuestas tuvo peor acogida. "Nos cambiaron el vuelo y cuando parecía que todo iba bien volvieron a cancelar el segundo. A ver quién se hace responsable del gasto extra que nos supone. Nos dijeron que los culpables son los controladores, y que por tanto nadie se hará cargo", dijeron.

A la huelga de este miércoles y este jueves se suman las convocadas del 16 y 18 de abril y del 29 de abril al 2 de mayo, lo que la Federación Nacional de la Aviación Mercantil (FNAM) ha condenado con la mayor firmeza.