Cuero, motos, cigarrillos... la pintura de crudo realismo de Paul Simonon,  exbajista de The Clash

  • El integrante del cuarteto, la banda de punk más combativa de los años setenta, expone sus últimos lienzos en el Intituto de Arte Contemporáneo de Londres.
  • Presenta una colección sobre otra de sus grandes pasiones: las motos.
  • Hijo de un pintor aficionado, Simonon pintó desde niño, pero la música —The Clash; The Good, the Bad & the Queen; Gorillaz...— aparcó su desarrollo.
Uno de los óleos de Paul Simonon
Uno de los óleos de Paul Simonon
© Paul Simonon
Uno de los óleos de Paul Simonon

"Para mí es lógico hacer arte conceptual. Lo hice rompiendo instrumentos en los escenarios", declaró en alguna ocasión Paul Simonon (1955), uno de los cuatro miembros fundadores de The Clash, el grupo de punk más combativo y de mayor creatividad musical de finales de los años setenta. La frase conduce a la célebre foto del bajista del cuarteto reventando el instrumento contra la tarima con ademán de leñador en la portada de London Calling (1979), el doble álbum que combinó la rabia de aquellos anarquistas con las músicas de rebeldía de otras zonas del mundo.

Hijo de un aventajado pintor aficionado de quien aprendió las primeras nociones artísticas, Simonon nunca dejó de pintar, pero la música, su fuente de ingresos primaria —tras The Clash montó el grupo Havana 3 A.M., participó en The Good, the Bad & the Queen y colaboró con Gorillaz—, no le dejaba demasiado tiempo para los pinceles y los lienzos. A medida que han pasado los años y su carrera musical se ha estancado, el exbajista que cantaba con voz de granito The Guns of Brixton ha podido expresarse como eficaz narrador plástico.

Parafernalia de moteros

Simonon exhibe ahora Wot! Not Bike? —en lenguaje callejero, ¡Qué! ¿Sin moto?—, una colección de sus últimos cuadros, en el Institute of Contemporary Arts (ICA) de Londres. La serie, que estará en cartel hasta el seis de febrero, es una representación, en un estilo de realismo crudo y obscuro, de los efectos personales del artista, consumado y apasionado motorista. La parafernalia habitual de los moteros —cascos, botas, chaquetas de cuero, guantes— y algún otro elemento del sagrario particular del músico —una cajetilla de cigarrillos Gitanes, por ejemplo—, componen el temario de la muestra.

Los cuadros, que, "como todas las naturalezas muertas, son también autorretratos", dicen los organizadores,  componen un "diario personal" de Simonon y sus pasiones.

Dos escuelas de referencia

El estilo está inspirado en el realismo del siglo XX, con especial énfasis en las dos escuelas que el autor venera, la estadounidense Aschan de las dos primeras décadas del siglo XX, que propugnaba que el arte no puede separarse de la vida, y la inglesa Kitchen Sink, de los años cincuenta y sesenta.

Los artistas de cada grupo se centraron en en lo banal y ordinario como vehículos para representar las miserias sociales y, en ocasiones, la violencia y la angustia vital. En el Reino Unido la crisis económica posterior a la II Guerra Mundial originó las subculturas urbanas, en cuyo germen está interesado Simonon. Aunque el pintor es cauteloso al establecer paralelismos entre su música y su pintura, en los cuadros resulta palpable que la relación existe.

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