Utiliza el nombre artístico de RUN para firmar sus abigarradas creaciones urbanas, a menudo protagonizadas por cuerpos humanos enredados, agitando los brazos en bailes expresivos o en situaciones surrealistas como sacadas de un extraño sueño. Afincado en Londres, el italiano Giacomo Bufarini es ya, bajo el pseudónimo de tres letras, un nombre clásico en el panorama europeo del mural callejero. Tras 20 años pintando en la calle, ahora desvela su nombre real e invade por primera vez una galería de arte.

Un híbrido entre arte urbano y exposición, Parabola Di G (Parábola de G) es una serie de ilustraciones realizadas en el interior del espacio cerrado, cubriendo las paredes, las columnas y los pilares de las salas. La muestra se puede visitar hasta el día 21 en la galería Howard-Griffin de Londres y está ideada para engullir al espectador, introducirlo en una especie de bloc de dibujo gigante y en tres dimensiones.

El conjunto de obras a lápiz y tinta presenta una trama parcialmente autobiográfica en la que Bufarini es tanto el creador como el protagonista, atrapado en su propia historia. En él, une la realidad con la metáfora, construye un escenario onírico y fantástico sin abandonar del todo la realidad.

G, un avatar del artista, inicia un viaje de autodescubrimiento. Nacido de un cometa que colisiona con la Tierra, se encuentra perdido en un escenario surrealista y comienza una odisea que lo lleva a desiertos, islas, mares y montañas, conoce criaturas mitológicas y fantásticas.

Descubre el "sombrero de la imaginación", que le permite cambiar de forma cuando él lo desea, pero debe luchar por él: la "gente de la burocracia" y los "banqueros" se lo quitan y debe recuperarlo. G se da cuenta de que tiene un propósito en la vida y debe encontrar cual. La narrativa explora aspectos íntimos de una batalla interior en busca de la creatividad y al mismo tiempo es aplicable al proceso de crecimiento personal del ser humano moderno.

Además de cubrir por completo las paredes de las salas, Bufarini añade elementos escultóricos: fabrica túneles, añadidos de papel y cartón que sobresalen para dar relieve a los dibujos, un tótem, un gran cono, caras troqueladas... Sobre todo eso, se exhiben ilustraciones enmarcadas.

La combinación separa las dos personalidades del artista, la callejera y la recién inaugurada como protagonista de una exposición. "RUN aparece en las paredes, en un estilo muralista poco preciso ejecutado con rapidez (...), mientras Bufarini está en las enmarcadas y detalladas ilustraciones en lápiz y tinta. Ambos, sin embargo, está claro que son el mismo", declara Richard Howard-Griffin, dueño de la galería.