El Cuerpo Nacional de Policía sufre una lenta e imparable sangría de efectivos. La crisis económica ha provocado ajustes presupuestarios, y ya son más los agentes que se marchan (jubilaciones y bajas) que los que entran. La ecuación matemática es sencilla y el Gobierno lo acaba de confirmar en una respuesta parlamentaria al diputado socialista Miguel Ángel Heredia. La Policía tenía a 31 de diciembre del año pasado 69.610 agentes disponibles, 2.983 menos que dos años antes, en noviembre de 2011, cuando había 72.593, lo que supone un descenso del 4,11%. Todas las comunidades autónomas pierden efectivos. También los Servicios Centrales, un área que apoya a todas las jefaturas (ver gráfico).

La disminución de efectivos de momento no está afectando a la seguridad ciudadana, explican fuentes oficiales. Las tres comunidades que más agentes han perdido (Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura) no tienen altos índices de criminalidad. De hecho las tres están por debajo de la media nacional, que es de 46,1 delitos por cada 1.000 habitantes. Cataluña y Madrid son las que menos han sufrido la pérdida de efectivos: -1% y -0,6% respectivamente. Andalucía, por su parte, otra región importante por su población, tiene ahora un 3,8% menos de policías que hace dos años. Peor escenario presentan Navarra y Melilla. Las estadísticas del ministerio del Interior aseguran que la delincuencia solo subió en 2013 en España en la comunidad foral y en la ciudad autónoma: 10,5% y 1,2% respectivamente. Su pérdida de efectivos ha sido significativa. Navarra tiene un 3,5% menos de policías y Melilla un 5,2%.

La tendencia, además, lejos de corregirse, es previsible que continúe en los próximos años ya que no hay expectativas de que remonte la política de la oferta pública de empleo. La última gran promoción de empleo público se hizo en 2009, cuando salieron 4.307 plazas para Guardia Civil y Policía Nacional. La crisis y las dificultades económicas provocaron que en los siguientes años el Estado no fuera tan generoso en la oferta. En 2010 hubo 676 plazas en ambos cuerpos: 455 en 2011; 229 en 2012 y 324 en 2013. Para 2014, el Gobierno tiene previsto congelar la oferta y mantener la tasa de reposición en el 10% de las bajas: 314 plazas. En enero de 2013, la propia Secretaría de Estado de Seguridad explicó en un reunión a los sindicatos que en los próximos tres años el cuerpo podría perder otros 7.000 efectivos.

Estas 314 plazas son de nuevo ingreso, que como demuestran los datos son insuficientes para mantener la plantilla. Son más los que salen que los que entran. De hecho, desde que se convoca la plaza hasta que un agente está operativo pasan entre dos y tres años, explican los sindicatos policiales. Este año están operativos los que se presentaron en 2011. Una solución intermedia son las plazas del Concurso General de Méritos. Son plazas internas, es decir, movilidad de un destino a otro. En un documento interno al que ha tenido acceso 20minutos, la Policía ofrece este año 907 de estas plazas. Se distribuyen en función de las necesidades operativas de cada Jefatura, si se cubre más o menos el catálogo de puestos de trabajo. Es decir, si una comisaría tiene un catálogo de 100 agentes, pero solo tiene 85 trabajando, está al 85%, y tiene un margen del 15% de mejora. De esta mejora salen estas plazas.

Pero esta movilidad interna supone que unas plantillas suman en detrimento de otras, que restan. Según la distribución realizada este año por la Policía Nacional, la movilidad interna solo beneficiaría, si se completara al 100%, a dos comunidades: Madrid y Cataluña. Entre 2011 y 2013, la plantilla de la comunidad de Madrid ha perdido 93 agentes, un descenso del 0,6%. La plazas internas pretender dotar a la plantilla madrileña de 255 agentes. Si se cubren todas estas plazas, la plantilla crecerá 1,8%, más de lo que ha perdido. En el caso de Cataluña, se han perdido 24 policías, un descenso del 1%. El objetivo es sumar 58 nuevos agentes, lo que subiría la plantilla un 1,7%. En el resto de comunidades, el refuerzo interno no sirve para cubrir las bajas.

La situación puede empeorar. La nueva Ley de Personal que ha propuesto el Gobierno del PP y que está a punto de iniciar su trámite parlamentario contiene medidas que pueden derivar en una mayor reducción de agentes, una ley que ha sido muy criticada por los sindicatos. De hecho el SUP ha iniciado protestas por toda España. Esta nueva norma impondrá la obligatoriedad de que los policías pasen a segunda actividad (la reserva) a partir de una determinada edad (58 años para los miembros de la escala básica, 60 años para los subinspectores y los subinspectores mayores; 62 años para los inspectores y subcomisarios; y 64 años para los comisarios y comisarios principales. Es decir, que mientras ahora el paso a segunda actividad es voluntario, con la nueva ley será obligatorio cuando se alcancen estas edades. La única forma de evitar el paso obligatorio a la segunda actividad será accediendo "a un puesto de trabajo de los clasificados en el catálogo como de dirección y coordinación o de gestión y apoyo", según recoge el texto del anteproyecto. Aunque una vez en la segunda actividad se podrá regresar al servicio activo si se consigue uno de estos puestos.

Actualmente, todos los policías se pueden jubilar a los 65 años. Pero los de la escala básica que ingresaron en el cuerpo antes de 2002 pueden pasar a la segunda actividad a los 55 años. Es algo voluntario. "Ahora con la nueva ley, un agente con 56 años que no se retiró a los 55 porque se encuentra físicamente bien y quiere seguir trabajando sabe que le retirarán forzosamente a los 58 años", explica Miguel Ángel Fernández, portavoz del SUP.

La dirección de la Policía asegura que está optimizando al máximo los recursos. Por ejemplo, 326 policías que antes trabajaban de escolta de "personalidades" ahora están en otras funciones de seguridad ciudadana. Y el número de días perdidos por bajas o inasistencias se ha reducido en los dos últimos años en 120.000 jornadas. La consecuencia: que en 2012 había cada día de media en España (en la jurisdicción de la Policía) 637 patrullas en las calles; y ahora hay 688.