Apenas tenía 24 años cuando llegó desde Francia a Berlín en 1982 con sólo una maleta. Thierry Noir (Lyon, 1958) se instaló en una casa okupa en el lado occidental de la ciudad, dividida por el Muro de Berlín, vigilado desde la zona este por soldados armados que ya habían matado a un centenar de personas que intentaron cruzarlo. "La atmósfera era violenta, muy densa", recuerda el artista, que veía la hostil construcción como "un monstruo sangriento, un viejo cocodrilo que de vez en cuando se levanta, se come a alguien y vuelve a dormirse".

La parte trasera de su casa en Mariannenplatz estaba a cinco metros de ese escenario de represión y muerte: "Sentía que necesitaba hacer algo contra ese aburrido muro. Era una especie de reacción física". Aunque pintarlo estaba prohibido (los soldados tenían permiso para disparar en cuanto vieran cualquier actividad que ellos consideraran sospechosa en la zona inmediata a la frontera), se lanzó en 1984 a garabatear dibujos chillones, protestas gráficas contra el "monstruo" que partía a la ciudad por la mitad en los años finales de la Guerra Fría. Para sentirse más protegido, intentaba no ir solo y evitar las zonas poco frecuentadas.

La galería Howard Griffin de Londres presenta hasta el 5 de mayo Thierry Noir: A Retrospective (Thierry Noir: una retrospectiva) la primera exposición dedicada a la vida y a la obra del autor francés, famoso por ser el primero en pintar sobre el Muro de Berlín.

Fue constante en su tarea. Cada día, durante los cinco años siguientes hasta la caída del muro, se arriesgo a plasmar sus dibujos con la idea de transformarlo, ridiculizar su existencia. Los motivos sencillos eran producto de las circunstancias —había que "pintar con un ojo y vigilar a los guardias con el otro"— y representan a seres humanos en colores llamativos y monstruos y criaturas feroces que funcionan como metáfora de la agresiva frontera impuesta.

La muestra supone la primera dedicada en exclusiva a Noir e incluye trabajos originales junto a fotografías de la época, entrevistas y material audiovisual. Sus trabajos, precursores del lenguaje artístico callejero actual y admirados por coetáneos como el artista estadounidense Keith Haring; fueron inmortalizados en la cultura popular incluso por el cineasta alemán Wim Wenders en la película El cielo sobre Berlín (1987). En el presente, simbolizan el atractivo panorama artístico de la actual capital alemana en los años ochenta y son un documento histórico sobre la dramática situación que vivió durante 28 años.

Junto a amigos artistas y a pesar de las críticas y los insultos de quienes veían en la acción una mistificación o una banalización de una circunstancia dramática; Noir cubrió los más de 4.000 metros de distancia de la construcción. Cuando cayó el muro, el 21 de noviembre de 1989, pisó por primera vez la parte oriental y se apresuró (mientras la gente lo derribaba y entraba entusiasmada en la parte occidental) a garabatear satisfecho y eufórico las figuras humanas de perfil que hasta entonces había parecido imposible poder pintar al otro lado de la pared.