El papa Francisco pide perdón por los abusos sexuales a niños por parte de sacerdotes

  • El pontífice precisó que no habrá "un paso atrás en lo que se refiere al tratamiento de estos problemas y a las sanciones que se deben poner".
  • El papa invitó a dar el pecho a madres que asistíana la audiencia: "Dadlos de comer tranquilamente aquí", dijo.
  • En su defensa de la infancia recalcó la necesidad de erradicar la esclavitud, el reclutamiento de niños soldados y tildó el aborto de "delito abominable".
El papa Francisco saluda a los asistentes de una adiencia en el Vaticano.
El papa Francisco saluda a los asistentes de una adiencia en el Vaticano.
EFE
El papa Francisco saluda a los asistentes de una adiencia en el Vaticano.

El papa Francisco pidió este viernes perdón por los abusos sexuales cometidos con niños por "bastantes" sacerdotes.

El pontífice precisó que no habrá "un paso atrás en lo que se refiere al tratamiento de estos problemas y a las sanciones que se deben poner"

Lo dijo durante la audiencia mantenida con los miembros de la Delegación de la Oficina Internacional Católica de la Infancia (BICE). Francisco interrumpió un discurso que tenía preparado para improvisar algunas palabras en las que pidió perdón por el mal perpetrado por sacerdotes a niños.

"Me siento interpelado a hacerme cargo de todo el mal que algunos sacerdotes, bastantes, bastantes en número, no en comparación con la totalidad (han hecho). (Quiero) hacerme cargo de pedir perdón del daño que han hecho por los abusos sexuales de los niños", afirmó el papa en español.

"Tenemos que ser muy fuertes. Con los chicos no se juega", exclamó el papa. "Los niños ciertamente llevarán adelante la fuerza de la historia. Los ancianos son la sede de la sabiduría de un pueblo y tienen que aportar esa sabiduría", agregó.

Invitó a las madres a dar el pecho a sus hijos

En el trascurso de otra audiencia celebrada el viernes con la delegación del Movimiento para la Vida italiano, el papa invitó a dar el pecho a madres que asistían y a quienes dijo: "Por favor, dad de comer a vuestros hijos tranquilamente aquí".

El pontífice argentino quiso así tranquilizar a las madres para que pudieran dar el pecho o el biberón a sus hijos y que por pudor no lo hacían al encontrarse dentro del palacio apostólico. "Cuando los niños lloran, se quejan, chillan, para mí es una música maravillosa, pero algunos lo hacen porque tienen hambre. Por favor. Dadlos de comer tranquilamente aquí", dijo.

El papa ya había invitado a dar el pecho con naturalidad a las madres el pasado 12 de enero, cuando bautizó en la Capilla Sixtina a 32 niños.

En defensa de los niños

Asimismo, el pontífice alentó a los padres a practicar con sus hijos "una educación moral y religiosa", y criticó "la manipulación" y la "experimentación" con los niños.

Francisco se mostró contrario a que se fuerce a niños y jóvenes a recorrer lo que denominó "el camino dictatorial del pensamiento único". "Quisiera manifestar mi rechazo a todo tipo de experimentación educativa con los niños. Con los niños y los jóvenes no se puede experimentar", criticó Jorge Bergoglio.

"Los horrores de la manipulación educativa —añadió— que hemos vivido en las grandes dictaduras genocidas del siglo XX no han desaparecido, conservan su actitud bajo ropajes diversos y propuestas que, con pretensión de modernidad, fuerzan a caminar a niños y jóvenes por el camino dictatorial del pensamiento único".

Durante su encuentro, el pontífice recalcó la necesidad de luchar para erradicar "el trabajo esclavo, el reclutamiento de niños soldados y cualquier tipo de violencia sobre los menores" y recordó "el derecho de los niños a crecer en una familia".

El aborto e infanticidio, delitos "abominables"

Por otra parte, Francisco afirmó que "el aborto y el infanticidio son delitos abominables" en su discurso a los integrantes del Movimiento para la Vida italiano, que recibió en el Vaticano.

El papa argentino alabó el "proyecto Gemma", promovido por dicho Movimiento y que consiste en dar ayudas económicas a madres en dificultad, al asegurar "que en estos 20 años a través de una forma de solidaridad concreta ha permitido el nacimiento de tantos niños que de otra manera no habrían visto la luz".

Tras ello, Jorge Bergoglio aseveró que "la vida humana es sagrada e inviolable y que cualquier derecho civil se basa en el reconocimiento del primer y fundamental derecho del hombre, el de la vida, que no se puede subordinar a ningún tipo de condición, económica y aún menos ideológica".

Francisco recordó uno de los diez mandamientos del catolicismo: "No matarás", que, agregó, "asegura el valor de la vida humana".

Reiteró su condena a la llamada "economía de la exclusión" o la "cultura del desecho" que "considera el ser humano como un bien de consumo que se puede usar y tirar".

"Es necesario reiterar la oposición más firme a cualquier atentado a la vida, especialmente si es inocente o indefensa. El niño aún por nacer es inocente por antonomasia", señaló el papa.

Asimismo también recordó a los fieles católicos la necesidad de que "cada mujer se sienta considerada, escuchada y acompañada".

La vida cristiana, "una lucha" contra el diablo

Además, durante la homilía de la misa matinal en la Casa Santa Marta, en el Vaticano papa Francisco afirmó que la vida cristiana "es una lucha" que los fieles tienen contra el diablo y que el evangelio enseña como combatirle.

"Alguno de vosotros quizás, no sé, podrá decir: 'pero padre, ¡qué antiguo es, hablar del diablo en el siglo XXI!' pero mirad que el diablo existe, hay un diablo. También en el siglo XXI. Y no tenemos que ser ingenuos, ¿eh?".

Toda la homilía de Francisco se dedicó a este asunto. Jorge Bergoglio dijo que "la tentación comienza levemente, pero crece, siempre crece. Luego crece y contagia a otro, se transmite a otro, intenta ser comunitaria. Y al final, para tranquilizar al alma, se justifica. Crece, contagia y se justifica".

No es la primera vez que el papa argentino se refiere a la existencia del diablo; el pasado septiembre, en una misa para el Cuerpo de Gendarmería Vaticana, dijo que el "príncipe de este mundo", como hoy le denominó, trata de crear una guerra civil interna, una suerte de guerra civil y espiritual.

En aquella ocasión aludía al diablo en relación con la difusión de chismorreos dentro del Vaticano, y aseguró: "Es una guerra que no se hace con las armas, que conocemos, se hace con la lengua".

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