El próximo 8 de abril se cumple un mes de la desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines, y por el momento son pocas las pistas que se tienen sobre el avión. Este pasado viernes comenzó la búsqueda submarina de la caja negra, que se suma a a los catorce aviones y nueve barcos desplegados en el Índico para intentar encontrar indicios fiables sobre qué pudo pasar el  8 de marzo con el Boeing 777 que desapareció con 239 personas a bordo.

Esta búsqueda está siendo contra reloj, puesto que la batería de la caja negra tiene una duración de un mes: faltan apenas unos días para que se consuma, complicando aún más las posibilidades de encontrar restos del avión y, sobre todo, de saber qué fue lo que pasó.

La caja negra, que a pesar de su nombre es de color naranja, consiste un dispositivo que registra los parámetros de vuelo —altitud, presión y velocidad entre otros—, además de la grabación de voz de los últimos 30 minutos de vuelo. Hasta ahora, los investigadores sólo cuentan con los registros de voz previos a la desconexión de del sistema de comunicación, en los que la tripulación de cabina se comunicaba con la torre de control en Kuala Lumpur.

Por eso, se convierte en fundamental encontrar la caja negra del vuelo MH370 para poder esclarecer qué ocurrió durante el vuelo.

Sin embargo, las señales que emite esta caja son limitadas: un mes de duración desde que que se interrumpen las grabaciones. El desgaste de su batería es el principal contratiempo con el que cuentan los investigadores, que cuentan con pocos días para encontrarla. El submarino Abbys, un dispositivo no tripulado, es una de las grandes esperanzas en la búsqueda de la caja negra.

Pero, ¿qué pasará si la búsqueda no da resultados en los próximos días? Como ya se ha señalado, el tiempo es muy limitado, ya que en dos días se cumple un mes de la desaparición del avión. Por tanto, si para esa fecha no se ha encontrado la caja negra, resultará realmente complicado poder esclarecer los motivos que llevaron al vuelo MH370 a desaparecer sin dejar rastro.

En cualquier caso, la búsqueda de cualquier pista continuaría, aunque el esclarecimiento de los motivos de su desaparición sería mucho más complicado.

El primer ministro de Australia, Tony Abbott, afirmó que las tareas de búsqueda del avión no cuentan con un límite de tiempo, aunque estos últimos días se convertirán en fundamentales para encauzar la investigación.

El área de búsqueda actual se extiende hasta los 85.000 kilómetros cuadrados al sur del Océano Índico, y en la actualidad, participan en la búsqueda seis países: Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Japón, China y Corea del Sur.

Hasta el momento, no se han encontrado pistas o restos fiables, a pesar de que han sido varios los avistamientos de restos que finalmente no se han correspondido con el avión. La última pista que se sigue este fin de semana es la de tres señales acústicas detectadas por un navío chino y otro australiano, y que son similares a las de una caja negra.

La realidad es que no existe una garantía de que los dispositivos desplegados para la investigación encuentren pistas fiables, pero la búsqueda de la caja negra está siendo muy intensa y se espera obtener resultados en las próximas horas.