La Base Naval de Rota está lista para recibir, el próximo martes, al primero de los cuatro destructores del escudo antimisiles de la OTAN, un acontecimiento que duplicará la población estadounidense en este estratégico enclave, uno de los destinos favoritos de los militares norteamericanos.

"Es un momento histórico y emocionante para la base naval, para Estados Unidos, para España y para la OTAN también", ha asegurado, en una entrevista el capitán de navío Greg Pekari, máxima autoridad estadounidense en este enclave.

Todo está ya preparado para recibir el próximo martes al USS Donald Cook, el primero de los cuatro destructores que se instalarán en la Base. En junio llegará el segundo, el USS Ross, y en el 2015 los otros dos, el USS Porter y el USS Carney.

Con ellos llegarán a la base en total unos 1.200 marinos, acompañados de 1.500 familiares, lo que hará que se duplique la población de estadounidenses de la base naval de Rota y se sitúe en unas 6.000 personas.

Será la base naval europea en la que EE UU tenga desplegados más efectivos, algo en lo que mucho tiene que ver la estratégica posición de este enclave para operaciones en el Mediterráneo y el Norte de África y las posibilidades que ofrece, tanto a nivel naval como aéreo y de apoyo logístico a unidades en tránsito. "Rota se ha convertido en una de las pocas bases a las que todo el mundo quiere venir", explica Greg Pekari.

El clima, los paisajes y la cultura andaluza son algunos de los muchos alicientes que atraen a los militares estadounidenses hacia esta base, en la que, además, pueden encontrar una "pequeña América" para sentirse como en casa, con sus propios colegios, hospitales, centros de ocio y deporte, cines, pizzería, heladería, gimnasios, supermercados y hasta su propia y ya casi legendaria en la zona emisora de radio.

La presencia de los cuatro destructores en esta base naval "sólo va a potenciar la seguridad de la región", asegura el capitán de navío Pekari, que explica que el dispositivo es una muestra de la "dedicación" de EEUU a sus aliados europeos.

El operativo "maximizará las opciones" de la OTAN y favorecerá dar "una respuesta rápida a cualquier contingencia".

Los barcos, dotados del sistema de radares Aegis y diseñados para una variedad de objetivos, entre otras con capacidad para destruir aviones enemigos, misiles, submarinos u otros barcos, se desplazarán y regresarán a su base, Rota, para permanecer en ella "tres o cuatro meses", periodos que servirán de entrenamiento y mantenimiento y permitirán "trabajar juntos" a los militares españoles y estadounidenses.

Será una forma de apuntalar la relación "fabulosa" que a lo largo de sesenta años de convivencia se ha establecido entre los militares españoles y estadounidense en esta base de 2.300 hectáreas.

Una relación que "siempre ha estado basada en el respeto y la confianza y que creo que ahora tenemos la oportunidad de que sea mucho mejor", dice el capitán.

La llegada de estos destructores ha supuesto inversiones estadounidenses en la propia base, especialmente para acondicionar los muelles para el atraque de estos cuatro navíos, de 154 metros de longitud.

Pero sobre todo es esperada en Cádiz, la provincia con más paro de España, como "un revulsivo económico", en palabras de Eva Corrales, alcaldesa de Rota.

De una lado EE UU ha adjudicado a los astilleros de Navantia de la Bahía de Cádiz, uno de los motores de la provincia y cuya actividad ha caído en picado, un millonario contrato de mantenimiento y reparación de los cuatro destructores.

Y de otro la llegada de 3.000 nuevos estadounidenses a la zona supone una buena oportunidad para reactivar el consumo y la actividad de muchos negocios, especialmente del sector de la hostelería, y para el alquiler de casas en Rota y las localidades vecinas ya que la base, que cuenta con unas 400 casas, muchas de las cuales están siendo remodeladas, no tiene espacio suficiente para ellos.