El mensaje de esta Nochebuena del rey es uno de los más sobrios y fríos que se recuerdan. Desde el principio, don Juan Carlos marca las distancias con una "cordial felicitación", lo que contrasta con el "mucho me alegra" que utilizó desde 2008 hasta 2010, donde incluso recurrió a la expresión "de corazón".

Como ya sucediese el año pasado, personaliza en su figura la felicitación navideña y en ningún momento la hace extensible al resto de la familia real. A la Corona, de la que dice "promueve y alienta ese modelo de nación", tampoco le concede demasiada importancia y solo la menciona una vez.

Llama la atención el escaso peso en el discurso de su heredero, el Príncipe de Asturias, al que nombra en una sola ocasión y que este año ha asumido muchas de sus responsabilidades debido a sus problemas de salud. Un año más, ignora a la reina, a la que no nombra en su felicitación desde 2009.

Otra de las ausencias destacadas es una clara referencia a la Justicia, aunque sí habla de "falta de ejemplaridad en la vida pública". El rey dijo en el mensaje de 2011 que cualquier actuación censurable de personas con responsabilidades públicas debía ser "juzgada y sancionada con arreglo a la ley", porque "la justicia es igual para todos".

Sin embargo, en los dos últimos años no ha insistido en esta idea en un momento en el que los casos de corrupción siguen salpicando a su yerno Iñaki Urdangarin y a su hija, la infanta Cristina, pendiente de imputación en el 'caso Nóos'.

Tampoco se ha acordado de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para los que el rey siempre solía tener palabras, tanto por su labor contra el terrorismo y otras actividades dentro del país como por sus tareas en pro de la paz en países en conflicto.

Hay una expresión que era recurrente en los mensajes de Nochebuena del rey, la que hablaba del "orgullo" de pertenecer a un país como España. Esta vez no hay referencia a esto, aunque sí al "desaliento" (dos veces) y, una vez más, a la "crisis" (cinco veces).

El rey pasa por alto dos de los temas más cruciales para la ciudadanía en estos momentos: la educación y la sanidad. El monarca no dice ni una sola palabra sobre los recortes educativos y sanitarios que están mermando paulatinamente dos pilares básicos del Estado del Bienestar. Sí hace referencia, aunque con poca profundidad, al tema del paro. "La crisis empezará a resolverse cuando los parados tengan la oportunidad de trabajar", sostiene.

Don Juan Carlos tampoco ha dicho nada sobre su salud, a pesar de que este año ha sido operado tres veces. La primera tuvo lugar el 3 de marzo debido a una hernia discal. Meses después de esa intervención, el monarca tuvo que volver a quirófano debido a un "foco infeccioso" en la prótesis de la cadera izquierda, según anunció la Casa Real. El rey fue operado con éxito el 24 de septiembre en la clínica privada Quirón de Madrid para retirarle la prótesis infecciosa y colocarle una provisional. Dos meses después, cumpliendo el plazo previsto por el cirujano que le operó, volvió a ser intervenido para implantarle la prótesis definitiva.